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Después de una jornada marcada por los incidentes en la calle y en el recinto, el oficialismo en la Cámara de Diputados aprobó poco antes de las 6 el presupuesto 2019 con el respaldo de un grupo de diputados peronistas y de partidos provinciales que responden a gobernadores de la oposición.

Pese a los momentos de tensión que hicieron tambalear el debate y que obligaron al presidente de la Cámara a realizar dos pausas durante la sesión, el interbloque de Cambiemos contó con 138 votos afirmativos (tres más de los que necesitaba para que avanzar en la iniciativa) para darle media sanción al proyecto, que formaliza un duro ajuste en las cuentas públicas y un aumento de impuestos, en línea con el objetivo de déficit primario cero, impuesto por el FMI. En tanto, hubo 103 negativos y 8 abstenciones.

La sesión, que se extendió toda la madrugada, se desarrolló en un Congreso rodeado de vallas, en medio de incidentes iniciados por un grupo de manifestantes que arrojó piedras contra la policía. Parte de la oposición denunció que esos hechos estuvieron armados y sirvieron como excusa para la represión desatada después contra los militantes que se manifestaron contra la aprobación del proyecto.

Como quedó demostrado en el momento de reunir el quorum, resultó decisivo el acuerdo que la Casa Rosada alcanzó con 12 gobernadores de la oposición, reflejado en la adenda del pacto fiscal. Este acuerdo se iba a votar como una ley complementaria, al igual que el aumento del impuesto a los bienes personales y la reforma del ajuste de los balances de las empresas por inflación.

La suba del impuesto a los bienes personales no incluiría al campo: ante los fuertes reclamos del sector, el oficialismo anticipó que modificará el dictamen en el recinto. La idea que se barajaba anoche era que el tributo se tome a cuenta del impuesto a las ganancias. Además de la presencia casi perfecta del oficialismo, el mayor aporte para el quorum fue del interbloque Argentina Federal, que encabeza el salteño Pablo Kosiner. Esa bancada se comprometió a aportar entre 20 y 23 votos a favor del proyecto, de un total de 33. El resto de los integrantes del interbloque, de distritos gobernados por el oficialismo, se debatían entre la abstención y el voto en contra.

Instalado en el despacho de Nicolás Massot, en el tercer piso del palacio, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, peleaba voto a voto. Los diputados de la oposición fueron desfilando por grupos. Estuvieron los mendocinos Ornar Félix y Pedro Miranda, el catamarqueño Gustavo Saadi y el salteño Alfredo Olmedo.

Otro sector que anticipó su respaldo al proyecto es el Frente Cívico por Santiago. El gobernador Gerardo Zamora adelantó que facilitaría el respaldo de tres de los seis integrantes que tiene la bancada provincial. Otros tres votos provendrían del Movimiento Popular Neuquino (MPN) y de los integrantes del interbloque massista Rosa Muñoz (Chubut) y Adriana Nazario (Córdoba). El oficialismo se aseguró también los tres votos de Evolución Radical, de Martín Lousteau.

Manifestaron su rechazo las bancadas del Frente para la Victoria, el interbloque que preside Felipe Solá, el Frente Renovador, el socialismo y el Frente de Izquierda (FIT). Dos casos llamativos fueron los del bloque Unidad Justicialista, del PJ de San Luis. Luego de que los cuatro miembros del bloque dieron quorum, el gobernador Alberto Rodríguez Saá publicó un video en el que se mostró "decepcionado" por esa actitud. Integrante del interbloque de Cambiemos, Olmedo anticipó su voto negativo.

Las posiciones de los bloques se fueron conociendo con el avance de la sesión, después de que se reinstaló la calma en el recinto. En rechazo de la actuación policial, diputados del kirchnerismo y del interbloque que preside Solá exigieron que Monzó suspendiera el debate. El presidente de la Cámara convocó al ministro de Justicia y Seguridad porteño, Martín Ocampo, que dio garantías sobre el operativo y el trato a los detenidos.

"El camino es duro, pero sabemos que el verdadero cambio histórico en la Argentina va a ser si la gente no castiga al Gobierno por pagar los platos de la fiesta populista", había abierto el fuego el presidente de la Comisión de Presupuesto, Luciano Laspina, en el arranque de la sesión. Por el kirchnerismo respondió Axel Kicillof: "Es absolutamente invotable, es un presupuesto de ajuste, de endeudamiento, de exclusión social, antifederal y antinacional. Las tiene todas, es un desastre. El último año del gobierno de Macri va a estar signado por un presupuesto vergonzoso". Marco Lavagna (Frente Renovador) se sumó minutos más tarde. "Donde estamos es en medio de una fiesta populista financiera, y esto lo vamos a pagar en algún momento", dijo. Diego Bossio (Argentina Federal) reclamó un cambio de rumbo. "El gobierno de Macri fracasó, como seguramente lo hará este presupuesto", golpeó.
Fuente: La Nación

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