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Que la tecnología cambió la forma de relacionamiento de las personas no es novedad.

Tampoco lo es que los límites de la intimidad son cada vez más finos y que cualquiera con un celular tiene una cámara con la que sacar una foto o hacer un video de situaciones que antes quedaban reducidas a la intimidad.

Pero lo que pasó en los primeros 15 días de enero en la costa de Rocha superó todos los cambiantes paradigmas de este asunto.

En la primera quincena se viralizaron al menos cuatro videos de jóvenes con contenido sexual. En tres de esos casos, las que quedan “escrachadas” son las mujeres.

En uno de los videos se ve a una chica bailando con un joven en un boliche casi vacío. Él empieza a cincharle de la blusa y ella termina haciendo un streaptease y mostrando sus partes íntimas.

Un segundo video registra a dos jóvenes teniendo sexo oral sobre el suelo, a plena luz del día. Los que filman interrumpen la escena a las risas y al grito de “pete, pete”, mientras los involucrados se incorporan resignados.

El tercero es la grabación de dos jóvenes teniendo relaciones contra el muro de un boliche –este es el único en el que no se llegan a identificar los rostros–.El cuarto video transcurre en la ducha de un baño, al parecer del camping de Santa Teresa. Una chica desnuda realiza sexo oral a un grupo de hombres en ronda.

Además de haberse compartido y multiplicado en internet y celulares, estos videos motivaron que algunos se esmeraran en identificar a las mujeres involucradas y las escracharan difundiendo también sus nombres y perfiles de Facebook.

Para el psicólogo Roberto Balaguer, especialista en redes sociales y bullying, en estos casos los adolescentes no contemplan las consecuencias a largo plazo al exhibir situaciones íntimas o filmar y viralizar las escenas sexuales de otras personas.

En esta cadena Balaguer identifica “todos los componentes de la patología humana”. El especialista sostiene también que con estos casos se “achica” el espacio de la intimidad. Es un “cambio cultural” que seguirá avanzando hasta “naturalizarse”, proyectó.

Investigación policial

El último de los videos difundidos, presuntamente filmado en Santa Teresa, disparó una investigación policial. Efectivos de la Seccional 2ª de La Coronilla investigan si efectivamente sucedió en el camping, según informó Subrayado ayer. Ya se indagó a uno de los propietarios de la empresa responsable de la higiene de los baños y se seguirán tomando declaraciones. Por el momento la Policía no tiene en su poder el video.

A diferencia de lo que sucedió con el caso de la boxeadora Chris Namus –de quien se divulgó un video sexual en 2012 y fue subido a diferentes sitios web– en estos casos no es tan fácil encontrar a los culpables. Al ser distribuidos y viralizados masivamente a través del servicio de mensajería Whatsapp, llegar a quien lo difundió en primera instancia es más difícil.

Sin embargo, la Policía asegura que es posible.“Son delitos complejos de investigar, pero el mensaje para los responsables es que nosotros llegar, llegamos”, alegó a El Observador el comisario Gustavo Mariosa, del departamento de Delitos informáticos.“Esta es una tendencia que viene creciendo desde hace tiempo y que sale a la luz porque un video se filtró. Lo que más nos preocupa es que va aumentando la carrera por ver quién es el que cuelga en la web el hecho más osado. Hoy subieron una chica manteniendo sexo con varios hombres y mañana suben a una mujer encadenada donde la violan 35 tipos. Lo que nos preocupa entonces es la violencia que hay en el contenido de estos videos”, agregó Mariosa.

El comisario –que más temprano había realizado declaraciones a canal 4– explicó que “en todas” estas situaciones se configura un delito. Aun si los involucrados son mayores de edad y hay consentimiento en la relación sexual, al difundir la escena se puede vulnerar su derecho a la intimidad y allí podría haber un delito de difamación o injuria, indicó Mariosa. Si sucede bajo los efectos de alcohol o drogas, podría configurarse delito de violación. Y si participa un menor de edad, se trata de explotación.

Mariosa instó a quienes se sientan víctimas de estos casos a hacer la denuncia porque es el requisito formal para iniciar la investigación.

De todas formas y más allá de lo que explica el comisario, a la hora de aplicar un delito la Justicia no cuenta con muchas herramientas. Un caso paradigmático es del Namus, por el que no hubo ningún procesado.

Proyecto de ley

Por todo ello, el Parlamento analizará este año un proyecto de ley que busca penalizar este tipo de prácticas y dar herramientas concretas a los jueces.

Apenas sea levantado el receso parlamentario el diputado frenteamplista Carlos Gamou presentará un proyecto de ley que, según dice, de aprobarse puede terminar salvándole la vida a alguna de aquellas personas que son hostigadas a través de internet.“¿Qué estamos esperando? ¿que alguna muchacha se tome un frasco de barbitúricos con vodka? ¿o que se haga un par de tajos en la muñeca? ¿estamos esperando que haya un muerto?”, preguntó para argumentar su propuesta para castigar con una pena de seis meses de prisión a dos años de penitenciaría a quienes divulguen sin autorización grabaciones o imágenes “con contenido íntimo cuando afecte el derecho a la privacidad de los involucrados”.

Gamou dijo a El Observador que ya habló sobre el tema con el ministro de la Suprema Corte de Justicia Chediak sobre el asunto y que el juez le dijo que la idea era pertinente.“Esta propuesta entra sí o sí a la Comisión de Constitución y Códigos de la Cámara de Diputados en febrero. Si no me apoyan mis compañeros lo impulsaré yo solo. Pero no podemos seguir pasivos ante la violación de la intimidad de la gente”, señaló.

Gamou empezó a redactar la propuesta en el correr del 2013 luego de caso de Namús y el suicidio de una joven canadiense tras ser acosada por internet.“En ocasiones se necesita de una admirable alarma para tomar conciencia. En internet me encontré con cosas absolutamente intolerables. ¿Cuántos cientos o hasta miles de papás, mamás, hermanos, hermanas, novias, novios, hijas, hijos o simplemente amigas y amigos sufren la impunidad del anonimato facilongo y vergonzante de que un ser querido aparezca en las redes?”, dijo Gamou.

En la exposición de motivos de su proyecto, el diputado frenteamplista señala que es necesaria “la lucha contra el anonimato irresponsable”. “Esta nueva ‘moda’ de utilizar medios audiovisuales, que rompen la barrera de la privacidad y pueden causar depresión y hasta suicidio de las personas afectadas, ameritan un tratamiento legal que asegure el respeto a los derechos humanos. En la medida que la tecnología avanza a pasos agigantados, se desborda nuestro Código Penal”, advierte.

El articulado establece que “será castigado con una pena de seis meses de prisión a dos años de penitenciaria” quien “divulgue sin autorización expresa de todos los participantes, grabaciones o imágenes con contenido íntimo cuando afecte el derecho a la privacidad de los mismos”.

La misma pena recibirá quien “habiendo recibido o interceptado imágenes con contenido íntimo las difunda sin el consentimiento expreso de los involucrados”.

Gamou señaló que es necesaria aprobar una legislación que “impida la canallada burlesca de anónimos y no tanto y que castigue a esas redes, supuestamente neutras, que cual Poncio Pilatos se lavan las manos ante violaciones repugnantes de los derechos humanos”.
Fuente: Diario El Observador de Montevideo

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