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1. "Puedo ser quien quiera ser" (desinhibición online)


"Este efecto es muy interesante porque hace que la gente haga cosas en el mundo cibernético que no haría en el mudo real", le contó Aiken a la BBC.

Los seres humanos somos menos amables en internet que en persona y más proclives a ofender a los demás.

Una de las razones es la invisibilidad que nos proporciona internet, la (falsa) ilusión del anonimato.

2. "No me conoces" (anonimato disociativo)


La mayoría de las personas en internet no saben quién eres.

Cuando tenemos la posibilidad de separar nuestras acciones del mundo real y de nuestra identidad, nos sentimos menos vulnerables a la hora de abrirnos a los demás.

Y este efecto tiene como consecuencia otros efectos, como el de la agrupación online. En un estado mental menos inhibido, las personas con ideas afines se encuentran más fácilmente.

Si sos una nena de 13 años con un problema alimenticio, ¿cuáles eran las probabilidades que conocieras a alguien con una condición similar antes de internet? Ahora con dos clics podes encontrar a personas afines.

3. "No podes verme" (invisibilidad)


La oportunidad de ser invisible amplifica el efecto desinhibidor. No tenes que preocuparte sobre cómo te ves o cómo sonas cuando decís (tecleas) algo y podes evitar el contacto visual.

Otra de las consecuencias de esta invisibilidad se llama "cibersocialización", una forma acelerada de socialización potenciada por las redes sociales y la manera en que nos comunicamos en internet. Y también la minimización de la autoridad.

4. "¿Cuánto tiempo ha pasado?" (distorsión del tiempo)


Hacé esto la próxima vez que te conectes a internet: desconectá el reloj de tu pantalla y, de vez en cuando, ponete a prueba para ver si sos capaz de calcular con acierto el paso del tiempo.

Este fenómeno ha sido ampliamente estudiado en los últimos años.

En febrero de 2017, un grupo de psicólogos del Centro de Neurociencia Cognitiva y Sistemas Cognitivos de la Universidad de Kent (Reino Unido) publicó un estudio en el que aseguraban que tendemos a subestimar las horas que pasamos en redes sociales como Facebook.

La razón es que internet modifica nuestro proceso de atención. A esta distorsión del tiempo habría que sumar el asincronismo del universo virtual: la interacción en internet no ocurre en tiempo real, y no tener que tratar con reacciones inmediatas hace que nos relajemos.

5. "Es solo un juego" (imaginación disociativa)


En internet nos sentimos como personajes imaginarios que "creamos" y que existen en un espacio diferente, la dimensión digital.

Es un mundo soñado, fuera de las responsabilidades del mundo real, separamos o disociamos la ficción online de los hechos offline.

Algunos ven su vida en internet como una especie de juego con reglas y normas que no se aplican en su vida diaria.

Una vez que apagan la computadora y vuelven a su rutina del día a día, creen que pueden dejar atrás su identidad en el juego.

¿Por qué deberían ser responsables de lo que ocurre en ese mundo de ficción que no tiene nada que ver con la realidad? Falsa sensación, por supuesto que tiene que ver con la realidad, y mucho.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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