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La capilla levantada donde mataron al Pbro. Cot
La capilla levantada donde mataron al Pbro. Cot
La capilla levantada donde mataron al Pbro. Cot
Profesor Alejandro R. González

PRIMER CAPELLÁN DE COLÓN (1825 - 1868)
A 148 años de la muerte del Padre Lorenzo Cot

Hace 148 años, siendo aproximadamente las 19.30 del 27 de septiembre, asesinaban en Villa Colón a quien fuera el primer Capellán de este núcleo poblacional, el Pbro. Lorenzo Cot. Falleció con tan solo 43 años.

Son pocos los relatos de la época que atestiguan en palabras y detalles lo ocurrido aquella noche del 27 de septiembre de 1868. Pues bien, el Archivo Arquidiocesano de Paraná, conserva entre sus documentos, varias cartas del Padre Cot con distintas personalidades de su tiempo, entre ellas, el propio Gral. Justo José de Urquiza, Pbro. Domingo Ereño (Cura Foráneo de Concepción del Uruguay), Pbro. Blas Duarte (cura interino mientras su ausencia a Corrientes con el Obispo), el Obispo de la Diócesis del Litoral Mons. José María Gelabert y Crespo, Pbro. Jacinto R. Viñas, entre otros. Las epístolas de unos y de otros van demostrando el clima previo al asesinato. Un clima de tensión de una y otra parte, desacuerdos, malos entendidos, enojos y por qué no, caprichos.

Los problemas no se suscitaron de un día para otro, sino que fueron sumándose con el correr del tiempo. Ya desde el momento del viaje de promoción de la Argentina que el Padre Cot había ido a hacer a Europa por pedido directo del Gral. Urquiza, el reclamo posterior de algunas cuestiones de organización, manejos y decisiones de la administración de la Colonia San José, su viaje a la provincia de Corrientes como acompañante del Obispo en momentos de la peste del cólera, fueron algunas de las diferencias entre el sacerdote y las distintas personas a cargo de las decisiones político – administrativas.

Todo esto fue dando inicio a distintas posturas y situaciones que fueron creciendo y se iban manifestando de diferentes maneras, creando un clima gris no solo entre el sacerdote y los delegados políticos, sino entre la población en general.

Cabe destacar que uno de los relatos más completos referentes a la noche del asesinato del Padre Cot es el que escribió el Dr. Esteban María Moreno, al día siguiente del crimen, cuyo original se conserva en el Archivo de la Arquidiocesis de Paraná. Estando el Padre Cot en casa de su amigo Converset, "(?) a la siete de la tarde se presentó un individuo vestido con el traje de un vasco, con la cara oculta por la boina. Habló primero con Converset (dueño de la casa en donde el Padre Cot celebraba los oficios religiosos después de la prohibición que hizo la Junta de Fomento del uso del edificio y de los ornamentos destinados a ése fin) y este previno a Cot que no saliese porque aquel hombre desconocido le era sospechoso.

Cot habló con el pretendido vasco y, viendo éste que el sacerdote dudaba, le dijo entonces a Converset que no podía cargar su conciencia con esa responsabilidad y se resolvió a salir. Convertset quiso entonces acompañarlo y el hermano de éste se puso a cargar un revolver para seguirlos. El Padre Cot y el pretendido vasco iban delante, Converset los seguía de cerca dando tiempo a que su hermano se les reuniese.

Como a cuatro o cinco cuadras cerca de las últimas casas del pueblo, que por ese lado era despoblado de una especie de hondonada que hace el terreno, salieron seis u ocho individuos que atacaron al Padre Cot a palos. Converset iba a protegerlo pero al ver tanto contra ellos y caer al Padre Cot al suelo, emprendió la fuga dando gritos de auxilio. Dos de los asesinos – continúa diciendo el Dr. Moreno - corrieron a Converset y le dispararon dos tiros (los cuales no lo hirieron).

Los hermanos Converset dieron parte y la policía se puso en movimiento pero los asesinos (que estaban a pie) no fueron alcanzados y sólo se encontró del desgraciado Padre la cabeza que estaba desecha y tenía tres heridas de puñal en el corazón, una de las cuales había traspasado el pulmón; las mismas fueron hechas ya estando muerto en el piso por los golpes en la cabeza.

Más adelante, el Dr, Moreno concluye diciendo: "se teme que el crimen quede impune; en Colón, los parientes del Padre y otros llamados a dar buenos datos a la justicia aterrados, muertos de miedo, se han encerrado en la negativa a todas las preguntas y contestan que no saben".
El Padre Cot, en carta con fecha dos días antes de su muerte, mencionó que un vecino le comentó que el gobierno amparaba todo lo hecho contra él y que no era nada en comparación con lo que se iba a hacer.

A su vez solicitaba al Provisor diocesano que le enviara las listas de los firmantes de aquella solicitada calumniosa porque quería hacerles frente... y le comentaba: `` (?) no tema nada por mí, si viera cómo agachan la cabeza, si le cuento todo lo que ocurre no es para que se asuste sino para que esté enterado de las intrigas de estos cachafaces".

A poco tiempo del envío de esta carta al Obispo, el Dr. Moreno decide irse definitivamente de Villa Colón teniendo en cuenta que la situación no apuntaba a esclarecerse y que varios ya lo comenzaban a mirar de una manera especial.

Años más tarde, al cumplirse 50º años del crimen, el Pbro. Benito Conte Grand, tuvo a su cargo las palabras alusivas al hecho en un acto conmemorativo, y relató uno de sus recuerdos de infancia donde recordaba – mientras cursaba el catecismo en la iglesia – la presencia en Colón de un hombre con aspecto tenebroso, que llevaba sobre sí la enfermedad del mal de San Vito lo cual le provocó una especie de deformidad en la cara, por lo que muchos niños – entre ellos, él – se asustaban a verlo venir.

Muchos dicen – comenta el Pbro. ConteidosGrand – que cargaba sobre él, el peso de haber matado a un servidor de Dios entre nosotros.

El Pbro. Harriague, según consta en el archivo de la Parroquia de los Santos Justo y Pastor, también había hecho mención de lo ocurrido al Padre Cot y las repercusiones del hecho entre sus contemporáneos. Lo mismo hicieron luego varios sacerdotes más, como por ejemplo el Pbro. Agustín Derú, Pbro. Esteban Monnard, Narciso Goiburu.

Se sabe el nombre de algunos de los autores materiales del crimen, pero no de quien o quienes lo idearon. Algunas hipótesis apuntan a personas adeptas a la masonería. Pero lo que queda claro, tras 148 años de ser un crimen que hasta el día de hoy esta sin resolver, es que el Padre Cot, además de ser el primer sacerdote de Villa Colón, fue una persona que defendió sus ideales (religiosos y sociales) hasta el último momento, que a sabiendas de reiteradas amenazas, aceptó acompañar a aquel hombre con su rostro cubierto que lo llevó a la muerte.

No sólo Colón, sino que la región en su conjunto, mantienen la deuda de gratitud a este sacerdote que tanto hizo por el proceso de inmigración.

Fuente bibliográfica:

- Archivo de la Parroquia. de los Santos Justo y Pastor.

- CONTE GRAND, C.- Familia Conte Grand, apuntes para su historia. Gráfica Mitre, 2004

- Parroquia de los Santos Justo y Pastor, 100 años de historia. 1876 – 1976

- VERNAZ, C.- ¿Quién mató al Padre Cot?. Ed. Colmegna, Santa Fe, 1994
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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