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Colón es una de las tantas ciudades de la provincia de Entre Ríos que ha hecho un significativo aporte al básquet argentino a lo largo de su historia, fundamentalmente en las últimas décadas. Y cuenta con la particularidad de que sus tres máximos exponentes, los hermanos Claudio y Daniel Farabello y Paolo Quinteros, se iniciaron en el Club Social y Deportivo La Armonía.

Con el correr de los años cada uno fue forjando su propia carrera, uniéndose en algunas oportunidades para representar a Entre Ríos en el Argentino de Mayores, y dejando su huella, a veces juntos en otras en diferentes etapas, en varios clubes del país y también en la Selección Argentina.

El único de ellos que aún está en actividad, a meses de cumplir 41 años, es Paolo Quinteros, muy cómodo en Corrientes, provincia en la que se afincó desde su regreso al país desde España en 2012, para jugar, y ganar en una oportunidad, la Liga Nacional para Regatas.

Pero antes de su desembarco a la LNB para brillar y dar vueltas olímpicas con las camisetas de Estudiantes de Olavarría y Boca Juniors, de formar parte de la Generación Dorada (logró el Bronce en Beijing 2008), y de un exitoso ciclo en el básquet español, el escolta jugó tres temporadas del Torneo Nacional de Ascenso (TNA) para La Unión de Colón, entre 1997 y 2000.

La última de ellas (99/00) fue la del despegue de Paolo hacia la elite y a la vez significó una de las campañas más recordadas del “Rojo” en la segunda división del básquet argentino, siendo de las tres oportunidades en la que fue semifinalista.

En mayo se cumplieron 20 años del último partido de Paolo Quinteros con la camiseta de La Unión: fue en la derrota 72-89 frente a Belgrano de Tucumán en el estadio “Carlos Delasoie”, donde los visitantes se adjudicaron la serie por 3-1 y sacaron boleto a la definición, donde semanas más tarde vencieron a Gimnasia de La Plata y obtuvieron el ascenso a la Liga Nacional.

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En esa época el TNA era un torneo realmente muy atractivo, con 16 equipos divididos en dos zonas geográficas (Norte y Sur) y un nivel de juego muy alto. Se contaba con una sola ficha extranjera y por ende se apostaba a contratar –todavía en la época del 1 a 1 con el dólar- a norteamericanos que fueran determinantes, fundamentalmente en el juego interno. El formato de la competencia fue similar desde la creación de la categoría en la 92/93 hasta la primera parte de los 2000, más allá de que en algunas oportunidades hubo repechajes entre el 2° del TNA y el penúltimo de la LNB, y que en los primeros años los perdedores de la Reclasificación pasaban a jugar por la Permanencia.

Dirigido por José Podskoc, al igual que en la 98/99, y con el recordado Alejandro Coronel, Mario Romay, el propio Quinteros, Cristian Balcells, el norteamericano Raymond Wayts, Maxi Morel, Juan Martín Caruso y Leandro Masari como parte del plantel, La Unión cumplió una irregular primera fase y con un record de 7-7 se ubicó quinto, debiendo afrontar el TNA-2. En la segunda parte de la temporada, y después de una resonante derrota en casa ante Unión Gimnástica Sokol (Roque Sáenz Peña) que terminó con el alejamiento de Coronel –en su lugar llegó Bruno Crivelli-, el “Rojo” logró recuperarse y terminó primero del TNA-2, accediendo a la Reclasificación, donde se cruzó con Independiente de Zárate. Tras ganar uno de los juegos en la ruta, La Unión se hizo fuerte en Colón y se quedó con la serie 3-1, clasificando a los Cuartos de Final.

Ubicado entre los 8 mejores del torneo, el “Rojo” se topó con un candidato natural como Ben Hur de Rafaela y con la soga al cuello, tras volverse 0-2 de Santa Fe, emparejó la serie en el estadio “Carlos Delasoie” y luego ganó un histórico quinto partido de visitante por 82-79.

En semifinales la exigencia subió aún más y el rival fue el poderoso Belgrano de Tucumán, a la postre el campeón y ascendido. No obstante La Unión estuvo cerca de ganar el primero (Quinteros resbaló y perdió una pelota clave en el cierre) pero aquel elenco en el que se destacaban Lauro Mercado, Cristian Aragona, Diego Sánchez, Oscar Arce, Roberto Rodríguez y el norteamericano Eddie Washington, terminó sentenciando la serie en el juego 4 en Colón.

En diálogo con “El Entre Ríos”, Quinteros recordó su último período en La Unión: “Mi último año fue tremendo, me ayudó mucho para crecer y fue el trampolín para mi carrera. Recuerdo que no empezamos bien el torneo, pero fuimos de menor a mayor y en su momento encontramos una dinámica muy buena. Eliminamos a Independiente de Zárate y nos tocó Ben Hur, sabíamos que era muy difícil porque se armaron para ascender. Jugamos muy bien los dos partidos en casa y fuimos con ilusión a Rafaela, donde pudimos ganar el quinto. Con Belgrano, que tenía un gran plantel, estuvimos cerca de ganar el primero y después perdimos el cuarto en casa y nos quedamos afuera”.

Veinte años después, Paolo continúa en actividad y si bien la temporada 2019/2020 de la Liga Nacional fue cancelada por el Coronavirus, manifestó que piensa seguir jugando y todo indica que se retirará en la elite de nuestro país y con la camiseta de Regatas Corrientes, donde se lo nota muy cómodo y ya lleva 8 años.

De aquel 2000 a la actualidad, La Unión atravesó diferentes etapas, porque jugó TNA hasta 2004 (incluida otra semifinal en 2002, donde fue eliminado por Ben Hur, el campeón) y decidió vender su plaza. Entre 2004 y 2012 alternó Liga Provincial (fue campeón en 2008 y 2011) y Liga B (descendió en 2009)- Torneo Federal (fue campeón en 2012). Su regreso al TNA, que con los años pasó a llamarse Liga Argentina, fue en la temporada 2012/2013, pero lejos estuvo del protagonismo del primer ciclo. Jugó ininterrumpidamente hasta la 2018/2019 y volvió a poner en venta su plaza, retornando al TFB, el cual jugó hasta la cancelación de la reciente temporada.
Fuente: El Entre Ríos

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