Para evitar posibles problemas de salud, se recomienda beber abundante agua durante todo el día, ingerir alimentos frescos y no exponerse al sol.
Asimismo se aconseja evitar el consumo de bebidas alcohólicas y endulzadas.
Usar ropa suelta, de materiales livianos y colores claros.
Para los deportistas, se recomienda no realizar ejercicio físico en ambientes cerrados, como así también tomar líquido antes, durante y después de practicar cualquier actividad al aire libre.
Protegerse del sol poniéndose un sombrero también es fundamental. Para lactantes y niños pequeños, se aconseja, trasladarlos a lugares frescos y ventilados y ducharlos o mojarles el cuerpo con agua fresca.
Si bien los adultos mayores y los bebés son los más expuestos, los golpes de calor pueden afectar a personas de todas las edades, por lo que hay que prestar atención a los síntomas.
Algunas de las señales de alerta son dolor de cabeza, sensación de fatiga, sed intensa, náuseas y vómitos, calambres musculares, convulsiones, sudoración -que cesa repentinamente-, somnolencia y respiración alterada. Frente a ellos, es fundamental concurrir rápidamente a la consulta médica en el centro de salud más cercano.