Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
El juez federal de Paraná Daniel Edgardo Alonso decidió absolver a Emilio Romero, un expolicía federal que fue juzgado por encubrimiento en el homicidio y desaparición forzada del militante Victorio Coco Erbetta, perpetrada durante la última dictadura cívico militar en Paraná.

Erbetta se encontraba secuestrado en un calabozo del Batallón de Comunicaciones de Paraná, dependiente del Ejército, donde funcionó un centro clandestino de detención durante la dictadura. En los juicios anteriores se pudo confirmar que fue asesinado y luego se montó un plan para simular su fuga. Por este simulacro estaba acusado Romero. Este lunes, tal como estaba previsto, el juez Alonso dio a conocer su sentencia al cabo de un juicio correccional en el que le podrían haber cabido al imputado, como mucho, tres años de prisión.

Para el magistrado, "del cúmulo de probanzas obrantes en autos, no surgen elementos válidos que permitan tener por acreditada su intervención, en su carácter de funcionario policial, en el simulacro de fuga acaecido en fecha 24 de agosto de 1976", dice la sentencia.

Durante los alegatos del juicio, el fiscal federal interino Leandro Ardoy solicitó al Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional de Paraná, a cargo de Alonso, la imposición de una pena de tres años de prisión para Emilio Romero, quien se desempeñaba como inspector de la Policía Federal Argentina. Para la fiscalía el acusado fue coautor responsable del delito de encubrimiento.

En tanto, el Registro Único de la Verdad, que actuó como amicus curiae, criticó que se llevara adelante un juicio correccional, con una expectativa de pena tan baja, por hechos de lesa humanidad. Esto fue así a partir de la requisitoria de elevación a juicio efectuada por el Ministerio Público Fiscal. En dicha oportunidad, la Fiscalía expuso que la conducta atribuida a Romero se subsumía en el tipo penal de encubrimiento del homicidio de Victorio José Ramón Erbetta.
Fundamentos
Según Alonso, a raíz del "sinnúmero de testimonios" que fueran incorporados a la causa y de aquellos vertidos en la audiencia de debate, quedó "debidamente acreditado el acaecimiento de tal suceso", en referencia al simulacro para encubrir el homicidio, pero consideró que "no se ha aportado dato alguno en torno a la participación de Romero en el mismo".

Además consideró que la declaración de Emilio Romero realizada el 19 de febrero de 1986 ante el Juzgado de Instrucción Militar no podía ser tomada en cuenta para esta causa, puesto que allí se autoincriminaba. Desde que fue imputado, en tanto, se abstuvo de declarar.

En consecuencia, dictó la absolución del expolicía federal por el beneficio de la duda. Dispuso también levantar el embargo trabado sobre el automóvil marca Chery, modelo Tiggo, que se le había trabado en la causa.
La causa
Esta causa surgió a partir de que la Cámara Federal de Apelaciones, en la causa Área Paraná I, resolvió que se siguiera investigando a otros responsables del homicidio de Erbetta, además del también policía federal Cosme Demonte, condenado a prisión perpetua en aquel proceso.

Se pudo reconstruir que el 16 de agosto de 1976, Erbetta fue privado ilegítimamente de su libertad en la Facultad de Ingeniería Electromecánica de la Universidad Católica Argentina de Paraná, por dos personas que vestían de civil, que lo trasladaron a las dependencias de la Policía Federal Argentina. Luego lo encerraron en uno de los calabozos del Escuadrón de Comunicaciones 2, en avenida Ejército, donde los represores mantuvieron cautivos a decenas de personas, en especial durante el segundo semestre de 1976.

La última vez que Erbetta fue visto con vida por otros detenidos en ese CCD fue el 22 de agosto de 1976. Según el relato de algunos testigos, vieron a través de los agujeros de las puertas de los calabozos en los que permanecían secuestrados, cómo durante la noche de ese día los custodios sacaban un cuerpo sobre una camilla.

Luego del asesinato, durante la noche del 24 de agosto de 1976 se orquestó y desarrolló el simulacro de su fuga. Según la acusación, Romero y los también policías federales Jorge Vicente Strack y Oscar Luis Rivarola, entre otros que fallecieron antes de ser juzgados, ingresaron a tres personas detenidas, vendadas, encapuchadas y con las manos atadas, a un automóvil tipo furgón, mientras decían que Erbetta también iba con ellos. Luego los trasladaron a las inmediaciones de la estación de ferrocarril, donde detuvieron la marcha, realizaron disparos y gritaron que la víctima se escapaba.

Según sostienen los organismos de derechos humanos, Emilio Romero, junto al condenado Cosme Demonte y otros policías federales, integraban un grupo de tareas que se dedicaba a cometer distintos crímenes durante la dictadura, entre ellos el asesinato de Pedro Sobko, también desaparecido.
Fuente: Uno Entre Ríos

Enviá tu comentario