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Desde YPF afirmaron que "vamos hacia una estrategia nueva. Los precios serán diferentes según la plaza, el momento de ventas, la disponibilidad de combustible, la oferta y demanda. Nada que ver con lo que se ve ahora".

Cambiarán su esquema de comercialización, según dejaron trascender desde la petrolera: no informarán más sobre sus próximas modificaciones. Comenzarán a operar como otras áreas del negocio del consumo masivo, que establecen los precios de cada producto según el barrio y la disponibilidad.

Se espera que la puja por los clientes aumente la competitividad entre las empresas y empuje a la baja de los precios, por el propio comportamiento del mercado.


Cómo se establecían los precios hasta el momento


Entre 2005 y fines de 2017, los precios de los combustibles se establecieron mediante acuerdos entre productores, refinadores, sindicatos y gobiernos provinciales. Esa situación provocó distorsiones para las petroleras, que se vieron impedidas de exportar, porque les impusieron topes. Esas imposiciones también perjudicaron a los consumidores cuando la baja en el valor del crudo no se veía reflejada en los surtidores.

Para que la Argentina funcione como el resto de los países, el Gobierno removió obstáculos existentes y habilitó precios libres. Pero desde entonces el precio del barril solo fue en ascenso. Las previsiones para este año son alcistas, lo que presagiaría otros aumentos próximos.

La sanción de la reciente reforma tributaria (con cambios en los impuestos a los combustibles) quizás sirva para amortiguar estas subas, a través de la reducción de impuestos. El ITC –que actualmente es fijo y representa un 26% sobre el precio del venta– será variable. El tributo bajará cuando el precio al público de los combustibles suba. Eso podría provocar que los mayores costos del crudo tengan un menor impacto que de aplicarse el esquema actual.
Fuente: Clarín

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