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La Asociación Civil Salud Federal, que agrupa a numerosos sanatorios de la Argentina, advirtió que “la medicina privada, como la conocemos hoy, está en peligro de disgregación”. La entidad emitió un comunicado en el que explica en forma detallada la grave afectación de la crisis, de manera especial a los “prestadores”.

En tanto, la Cámara de Clínicas y Sanatorios de Concordia hizo suyo el contenido del documento (que más abajo se puede leer completo), aunque consideraron pertinente aclarar que, en el caso de la capital del citrus, gracias a las gestiones de la cámara, la casi totalidad de las prepagas –salvo dos- acordaron la aplicación del ciento por ciento de las resoluciones sobre valores arancelarios originadas en la Superintendencia de Salud.

El comunicado de Salud Federal, que nuclea a “prestadores”, expresa especial preocupación ante el riesgo de que el sistema caiga en comportamientos “anárquicos”. En un párrafo clave, expresa un visible malestar para con actitudes de algunos financiadores: “No alcanzamos a entender por qué algunos financiadores han hecho una oferta tan hostil al sector prestador respecto a la actualización arancelaria de los meses de octubre y noviembre. La circunstancia de que los aumentos de las cuotas de los afiliados se hayan condicionado, no es un argumento para la reducción de los aranceles incrementados por ley porque los prestadores NO somos financiadores de la salud. Estos mismos deberán recurrir a sus propias economías y reservas, como lo hacemos los prestadores, continuamente, para mantener las empresas en pleno funcionamiento”.
Aquí, el documento completo:
Hoy, Argentina sufre una crisis económica muy compleja, con alta inflación, dificultades con las importaciones y falta de expectativas favorables a corto plazo.

Esta realidad impacta, directamente, en el sector sanitario que tiene por delante un escenario extraordinariamente difícil. Falta de financiamiento, paritarias demandantes, insumos encarecidos y ausentes, que vislumbran un panorama desalentador.

Sumado a esto, la pauperización de la grey médica amenaza con romper un sistema caracterizado por el virtuosismo en su funcionamiento, bajo riesgo de comenzar a manejarse de forma, totalmente, anárquica.

LA MEDICINA PRIVADA, como la conocemos hoy, está en peligro de disgregación.

El congelamiento de cuotas de la medicina prepaga dispuesta por el Gobierno Nacional, ha sido solicitado por un porcentaje muy bajo de afiliados. Motivo por el cual, los ingresos de las empresas de medicina prepaga no sufrieron un impacto de escala significativa. Además, conocemos perfectamente que el aumento salarial de los trabajadores formales permite mejorar el ingreso en los planes corporativos y de afiliados desregulados.

Por todas estas razones, no alcanzamos a entender por qué algunos financiadores han hecho una oferta tan hostil al sector prestador respecto a la actualización arancelaria de los meses de octubre y noviembre. La circunstancia de que los aumentos de las cuotas de los afiliados se hayan condicionado, no es un argumento para la reducción de los aranceles incrementados por ley porque los prestadores NO somos financiadores de la salud. Estos mismos deberán recurrir a sus propias economías y reservas, como lo hacemos los prestadores, continuamente, para mantener las empresas en pleno funcionamiento.

Con todo, estamos en presencia de un incumplimiento flagrante de la ley (resoluciones 2577/22; 1293/22 del Ministerio de Salud de la Nación y Decreto 743/22 del Poder Ejecutivo y disposiciones concordantes) y de los acuerdos oportunamente celebrados, especialmente, el del 18 de abril del corriente; suscripto por la UAS y FAPS, que contó con el beneplácito de la Superintendencia de Servicios de Salud; y que se traducen en un grave incumplimiento contractual.

Pero no termina allí la asimetría. Las empresas de medicina prepaga (EMP) perciben la cuota, en el caso de los pagos directos voluntarios, con el aumento correspondiente en el mismo mes en que aplica el Índice de Costo de Salud (ICS). Sin embargo, la percepción de dicho ajuste por parte de los prestadores se materializa dos o tres meses después. Ese desfasaje temporal equivale a una inflación acumulada del 25% al 40%.

Entre enero y setiembre de 2023, el comportamiento del ICS y de ajustes arancelarios fue el siguiente:

? ICS (considerando el ICS aplicable en setiembre 2023): 78,09%
? ICS aplicado a aranceles (considerando el 92% del ICS aplicable en setiembre 2023): 69,35%

Como se aprecia, a lo largo de nueve meses, los aranceles perdieron 8,74 p.p. respecto del ajuste de cuotas de las EMP.

De la misma manera, a lo largo del año 2022, dicha diferencia fue del orden de 10 p.p.

Las medidas paliativas del Gobierno para el sector prestador son harto insuficientes a los efectos de mejorar nuestra ecuación económica. Además, llama la atención la solapada amenaza de perder esos beneficios, en caso de reclamar aranceles con medidas compulsivas.

Parecería que los responsables de la crisis somos los PRESTADORES. Cuando los verdaderos responsables son la falta de financiamiento y la avidez insaciable del sector farmacéutico y tecnológico por los recursos de la torta sanitaria.

A esta altura, la situación se torna insostenible. Las clínicas y sanatorios no tenemos margen para seguir manteniéndola en el tiempo. Sería lamentable el colapso del sector prestador y la disgregación anárquica de los integrantes de la medicina privada.

Es por ello que, en función a la síntesis antes expuesta, no tenemos otra alternativa que rechazar las propuestas que estamos recibiendo de algunas entidades de la Medicina Prepaga, con aumentos menores, inclusive, al magro ICS.

Por tanto, informamos que procederemos a aplicar el 92% del ICS para el cálculo de los incrementos correspondientes a cada mes. Siendo, para las prestaciones del mes de octubre 2023, equivalente al 6,41% de aumento. Medida que, lejos de ser arbitraria, se encuentra respaldada por las disposiciones, acuerdos y decretos antes mencionados.

Conjuntamente, llamamos a una nueva instancia de negociación a los efectos de solicitar una recomposición del atraso arancelario producto del desfasaje del ICS durante 2022 y 2023; tal como expusimos en el presente escrito.

Esperando una respuesta que dé lugar a una negociación aceptable para ambas partes, les informamos que, en caso que esto no suceda, nos veremos obligados a tomar medidas extremas que afectarán, aún más, el estado de debilidad económica de nuestro sector; pudiendo repercutir en la calidad de las prestaciones y servicios.

Asociación Civil Salud Federal
Fuente: El Entre Ríos

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