En esta oportunidad, se consensuaron acciones de capacitación para el equipo de este Consejo de Adicciones, a los que se cursarán invitaciones para clubes deportivos y profesores de educación física, que han sido gestionadas por Diat Colón para el 29 de julio a las 19.30, donde se contará con la presencia del Director Nacional Abordaje Territorial y equipos (Sedronar). Para ese mismo día, a través del área Joven municipal, se gestionará una reunión con la Comisión directiva de PECU.
Se acordó realizar en forma coordinada charlas/taller para los jóvenes de escuelas secundarias, con presencia de miembros del Consejo de Adicciones y la colaboración de médicos, profesionales de salud mental, personal técnico-profesional de DIAT y servidores que aportarán su testimonio de recuperación.
A pedido de varios miembros del grupo, se decidió nombrar coordinadores del equipo, siendo elegidos Raúl Martínez de A.A. y Matías Alegre de Sol&Dar.
Finalmente, se acordó la difusión de un comunicado público reafirmando el compromiso de las instituciones vinculadas al Consejo de Prevención y Asistencia Consumos problemáticos de sustancias y adicciones de “Sí a la vida... no a la droga”, el cual se expresó en los siguientes términos:
La adicción a las drogas y otras sustancias psicoactivas es una realidad que golpea dolorosamente a nuestra comunidad.
En los últimos años hemos sido testigos del crecimiento del consumo de sustancias y del daño causado no solo a la persona y su entorno familiar, sino también al tejido social.
A diario nos preguntamos cómo es que Colón ha llegado tan lejos, y como es que no hemos sido capaces de frenar el avance de este flagelo.
Lo que agrava aún más la situación es que la comercialización de sustancias es un negocio instalado en nuestra ciudad y que no estamos suficientemente preparados para combatirlo.
Han hecho mucho daño frente a nuestras propias narices, frente a la impotencia de muchos que no cuentan con las herramientas ni las fuerzas necesarias como para impedirlo.
Pero también lo han logrado gracias al silencio de muchos otros a costa del sufrimiento de nuestros hijos, padres, familias y de toda una comunidad que llora una enfermedad que no sabe cómo sanar.
No podemos permanecer indiferentes a esta situación.
No queremos mirar para otro lado mientras la comunidad padece las consecuencias de esta enfermedad y de quienes comercian con la salud y la vida de las personas.
Es necesario que nos involucremos para decirle “Sí a la vida y no a la droga”. Debemos respaldarnos para hacernos fuertes y sostener la razón y la valentía de los que vamos con todo para impedir que nos gane este flagelo en Colón.