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El encuentro entre Aníbal y Ram
El encuentro entre Aníbal y Ram
El encuentro entre Aníbal y Ram
"Me encantó poder venir hasta acá a hablar con todos ustedes, que quizás se sientan un poco ajenos a esta historia, pero tienen que comprender que puede servir como ejemplo para cualquier circunstancia, en cualquier país, en cualquier momento, en cualquier familia en la que se dividan por cualquier razón y se produzca alguna ruptura" - Ram

En el medio de las bellas sierras tucumanas y al ritmo de la canción Encuentro, de Peteco Carabajal, empezó un diálogo de otro mundo ante más de cien universitarios provenientes de Paraguay y Argentina, que participaban de las vacaciones del CLU, la rama universitaria del movimiento católico Comunión y Liberación.

Tomás Bodean, Florencia Galiano y Dolores Ruiz de Galarreta se atrevieron a contar cómo fue ese "diálogo de otro mundo", en un artículo publicado por la Revista Huellas, bajo el título "L(N)osotros. El puente es el encuentro":

Delante nuestro estaban dos hombres evidentemente diferentes, con dos historias de vida tan opuestas que el sentido común del país los podría haber convertido en enemigos. Aníbal, de 33 años, es músico y ateo autodeclarado. Ram tiene 50 años y es gurú de la religión Sikh. Cada uno vivió la historia de la dictadura Argentina en los años '70 desde uno de los dos "bandos".

La cultura argentina propone que frente a los hechos violentísimos ocurridos en esa época, que dejaron profundas heridas en los protagonistas y herederos de la historia, hay dos posturas: silencio o reclamo. Sin embargo ellos dos son testigos de algo diferente: que del encuentro sin pretensiones nace un diálogo sincero entre dos personas, con la certeza de que "el otro es un bien" construye puentes de amistad, y no muros.

"¿Hay algo que pueda hacer renacer al hombre cuando la realidad les duele, les enferma, cuando han visto mucho mal y dolor?", dijo el sacerdote español Julián de la Morena introduciendo el encuentro.

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Julián de la Morena Agrandar imagen
Julián de la Morena
Cada uno reconoció el dolor que marcó sus vidas. Cuando Ram tenía 9 años, una noche del ´76, un comando entró armado a su departamento y secuestró a su padre, que pertenecía a la organización guerrillera Montoneros. Hasta el día de hoy está desaparecido.

"Durante muchos años en mi familia no se podía hablar del tema. Era como una prohibición implícita, por miedo y dolor", confesó Ram.

Aníbal, por su parte, es hijo de un Teniente Coronel retirado y condenado a cadena perpetua por delitos de lesa humanidad. De familia militar, vivió su infancia entre ellos. Pero cuando empezó el secundario se dio cuenta de que "lo que se decía acerca de los militares no era lo que conocía; conocía gente noble y normal".

En 2006 se reinician los juicios a los militares y condenaron a su padre, que nunca había tenido denuncias. "Ante las risas de militantes cuando se llevaban preso a mi papá me di cuenta que lo que estaba haciendo, (reuniéndome con otros hijos de militares que creíamos en la inocencia de nuestros padres), no servía para nada. No conocieron a mi viejo; era imperioso proponer algo distinto", dijo Aníbal.

Hace poco tiempo, fueron presentados por una amiga en común. Desde ese momento forjaron una amistad inesperada para muchos.

Contaron que el primer gesto entre ellos, en el momento en que se conocieron, fue un abrazo; un abrazo al dolor y a la experiencia del otro, sin discutir acerca de quién tiene la razón. "No queremos que las decisiones de nuestros padres y abuelos repercutan en la vida de nuestros hijos. Esto es un intento de cortar con el legado", explicó Aníbal.

A su vez, Ram agregó que "la única manera que hay para superar las rupturas es sentarse y abrir el corazón para tener un diálogo al descubierto". Se trata de vencer el miedo que "habla de 'los otros' y el no-miedo habla del 'nosotros'. Allí incide un temor a los desconocidos. Podemos compartir la risa y el aire aunque contemos lo que nuestros padres hicieron? 'Nosotrémosnos', esa es la idea", explicó Ram, provocando risas.

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Ram y Aníbal, cantando juntos Agrandar imagen
Ram y Aníbal, cantando juntos
Es por esto que ellos aseguran que lo que los une no es el sufrimiento y el dolor.

Sus historias no son comparables. No se puede comparar el sufrimiento de Ram y Aníbal y el de otras personas que vivieron la dictadura. "Todo está lleno de decisiones, que pueden ser buenas o malas. Se trata de tomar esa experiencia y convertirla en algo bueno; darle un significado y usarlo como motor para ser más feliz", agregó Ram.

El encuentro culminó con Ram y Aníbal interpretando juntos Ojos de cielo. "Si el sol que me alumbra se apagara un día y una noche oscura ganara mi vida, tus ojos de cielo me iluminarían, tus ojos sinceros, mi camino y guía".

Lo más asombroso de este vínculo, es que su propia humanidad no permitía que su legado familiar y la lógica del mundo evitara que se conocieran y que vivieran el amor de su amistad. Esto es prueba irrefutable de que sólo hace falta dos personas abiertas al diálogo, aceptando su propia humanidad, para generar la increíble novedad del encuentro.
Fuente: Revista Huellas

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