El uniformado le dijo que se retire y deje de hacer maniobras peligrosas con la bicicleta. El muchacho obedeció, aunque visiblemente enojado.
Pasados unos minutos, el policía se dirigió a un drugstore de la zona y se encontró con el padre del joven, quién comenzó a gritarle y a proferir toda clase de insultos. La agresión también incluyó golpes de puños.
El agente debió defenderse ante los golpes y pudo reducir a su agresor. Posteriormente, se lo identificó y se lo trasladó a Alcaidía; por los supuestos delitos de “atentado y resistencia a la autoridad, además de lesiones leves en la persona del funcionario policial”.