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Lo que se escuchaba decir por lo bajo, lo que no pasaba de ser una versión, hoy quedó en evidencia, expuesto en todas sus dimensiones: el mismísimo contador de la Municipalidad de Puerto Yeruá, Marcelo Rivera, reveló que los terrenos que la comuna recibió de la provincia y luego transfirió a los acusados jamás fueron registrados en la contabilidad oficial.

Rivera fue el primero de los testigos que declaró en la nueva audiencia llevada a cabo este viernes por la mañana en los tribunales de Concordia, en el juicio oral y público por el presunto reparto de tierras a precios viles en beneficio de familiares y amigos del exintendente Fabián Cevey, la exsecretaria municipal Brassesco y el exasesor legal, Julio César Larrocca.

No sólo que los lotes en litigio jamás fueron contabilizados. En realidad, Rivera reconoció que directamente la contabilidad municipal no registró ningún terreno de los recibidos de Provincia y luego traspasados a manos privadas. No fueron registrados ni cuando ingresaron ni cuando egresaron.

Respecto de los montos que los acusados supuestamente abonaron cuando en el 2008 se les otorgó la posesión transitoria de los terrenos, lo único que hay son tickets de depósitos bancarios, cuyas cifras no siempre coinciden ni con las escrituras definitivas ni con los asientos contables.

Después de Rivera pasaron a declarar un martillero, Rafael Gustavo Dazotto, y el perito oficial Carlos Cabrera, ambos aportados como testigos por Fiscalía para procurar arrojar luz respecto de los precios de mercado de los terrenos que recibieron los imputados.

A esta altura del juicio, luego de que ya han sido tres los tasadores que desfilaron frente al tribunal, resulta evidente que hay diferencias significativas entre las valoraciones, como también está más que claro que ninguno de los profesionales se atreve a defender el precio que pagaron los acusados en los años 2008-2010, rondando los 6 pesos el metro cuadrado.

Los abogados defensores se han esmerado en sacarle a los testigos respuestas que convaliden esos precios ínfimos, con la excusa de que fueron abonados sólo a cambio de una posesión precaria y no por la transferencia definitiva de los inmuebles. Claro que nada parece indicar que, al momento en que efectivamente se firmaron las escrituras y, por lo tanto, los acusados se convirtieron en dueños de las tierras, hayan pagado lo que faltaba para arribar a precios razonables del metro cuadrado.

Es más, los tasadores no consideraron ético que se vendan posesiones precarias, sin título, consideración que deja mal parada a la gestión municipal de Puerto Yeruá, que no sólo incumplió con los registros contables sino que además vendió inmuebles cuando todavía no le pertenecían.
Las tierras municipales, todas en negro
El Fiscal José Arias interrogó al contador municipal Marcelo Rivera:

- ¿Cómo se registran los bienes inmuebles?

- Nunca registré un bien inmueble. Lo único que he registrado es el cobro de cesiones de derechos.

- ¿Refleja la contabilidad los inmuebles que posee y transfiere el municipio?

- No lo refleja.

Así arrancó la participación de Rivera en el juicio. Momentos después, admitió que no se contabilizó el ingreso de fondos en la fecha en que los terrenos entregados a los imputados fueron escriturados, en el año 2010.

Quedaba, como última opción para barnizar esas operaciones al menos con un mínimo de transparencia, la posibilidad de que en los registros contables de la municipalidad figuraran los importes abonados en 2008, cuando tuvieron lugar las cesiones de derechos de los terrenos. Pero Rivera tampoco pudo acreditar algo fehaciente al respecto. Algunas cifras sí coincidieron pero muchas otras no.

- ¿Cómo relaciona esos comprobantes con la venta de terrenos? preguntó Arias, a propósito de los tickets de depósitos bancarios.

- No tuve a la vista los contratos. Los imputé así porque me lo pidieron.

- ¿Quién se lo pidió?

- No recuerdo quién.

- ¿Quiénes?

- El intendente o tal vez secretaría de hacienda.

Por si algo pudiera ser más irregular aún, en relación a la venta del lote a Fabián Rubén Terenzano -a quien el Fiscal considera un testaferro de Cevey- ni siquiera hay un ticket de depósito bancario con monto parecido al de la escritura, que sugiera que algún pago fue realizado. Ni eso.

Tampoco sirvió como salvavidas el planteo de que algunos ingresos se registraban globalmente y no uno por uno, porque los totales de los asientos diarios en el rubro cesiones de inmuebles tampoco coinciden con la suma de las cifras parciales.

En otro pasaje del interrogatorio, en respuesta a preguntas del Fiscal, Rivera habló sobre cesiones de tierras a personas socialmente postergadas.

- ¿Ha visto cesiones de terrenos a otros?

- Sí, a gente de bajos recursos que piden para hacerse su vivienda.

- ¿Terrenos de qué dimensiones?

- No sé, de 400 metros cuadrados tal vez.

- ¿Y cómo se cobran esas cesiones de derechos?

- No recuerdo bien, pero es en cuotas, aproximadamente a 100 el metro cuadrado.
Los 61 pesos de la discordia
Otro momento especial de la audiencia emergió cuando se le preguntó a Rivera por el terreno que recibió Marcelo Larrocca Ruíz, hijo de Julio Larocca, por apenas algo más de 7.000 pesos.

Con el ticket del presunto pago y la escritura a la vista, el contador vio que los importes no son iguales. La diferencia es de 61,10 pesos.

El abogado defensor Jorge Romero preguntó: "¿Puede haberse recibido la diferencia (o sea, los 61,10 pesos) en otro momento, entre la cesión que fue en 2008 y la escritura en 2010?"

El fiscal Arias propuso que el contador Rivera buscara en la contabilidad de esos años para verificar si aparecía ese importe. Hubo un cuarto intermedio de media hora, tras lo cual la respuesta fue muy breve: No.

Por último, Rivera convalidó lo dicho en su momento por Julio Larrocca, en cuanto a que fue asesor legal externo, sin oficina ni escritorio en la municipalidad y con un contrato de locación de servicios que no lo convertía ni en empleado ni en funcionario. Fue, tal vez, la única bocanada de aire fresco en favor de los imputados.
Larrocca, con su auto afectado para uso oficial
Menos favorable al Presidente de la Asociación Concordiense de Fútbol, Julio Larrocca, resultó uno de los últimos pasajes del testimonio del contador Marcelo Rivera.

Fue a instancias del Fiscal José Arias que el funcionario municipal explicó acerca de la afectación de autos particulares para uso oficial.

- ¿Hay afectados vehículos desde 2005 en adelante?

- Sí, se afectan para viajar, para ir a reuniones, porque se usan vehículos particulares.

- ¿De qué forma? ¿Con qué consecuencias?

- Se dicta una norma. La Municipalidad paga la nafta.

- ¿Recuerda quiénes son los particulares con vehículo afectado?

- Generalmente el intendente.

- ¿Julio Larrocca tenía afectado el suyo?

- Es muy posible, porque viajaba con el auto para hacer gestiones.
La manzana 36, veneno para el concejal Maschio
Entre los defensores, adquirió particular relieve el desempeño del Doctor Juan José Bukténica, cuando preguntó al corredor inmobiliario Rafael Dalzotto sobre la Manzana 36.

- ¿Es buena su ubicación?

- Es buena sí, a una cuadra de la plaza.

- ¿Hay servicio de luz?

- Sí

- ¿Qué precio podría costar el metro cuadrado?

- Tal vez 950 a 980 pesos el metro cuadrado. Un lote de 300 m2 se debería vender en 300.000 pesos aproximadamente.

- ¿Y si la venta hubiera sido en 2013?

- Tomando valor dólar, tal vez unos 16000 dólares.

Tras esa respuesta, Bukténica leyó una escritura correspondiente a un terreno vendido al Concejal Aníbal Maschio, en la manzana 36, por apenas $ 36.000, con una construcción incluida y conexión de luz.

Vale recordar que Maschio, de origen radical, es uno de los que promovió la denuncia por el reparto de tierras en Puerta Yeruá. Una vez más, la defensa intentó instalar la idea de que la venta de predios a precios ínfimos ha sido una práctica habitual, que no benefició sólo a los imputados en el juicio sino a muchos más, incluso a uno de los denunciantes.
Fuente: El Entre Ríos

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