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El abogado de Gualeguaychú, Gustavo Rivas, tendrá que presentarse nuevamente en el edificio de Tribunales de Gualeguaychú, el próximo lunes, a las 12, para que le tomen declaración, como imputado en la causa por corrupción y prostitución de menores que lleva adelante la fiscal Martina Cedrés.

Sucede que esta semana se presentó la víctima número once de la causa y denunció nuevos casos de corrupción de menores cometidos por el letrado en 1994. La víctima no pidió reserva de identidad, sino que declaró con su nombre y apellido. Pudo saberse que la persona que denunció a Rivas tiene 40 años, reside en Gualeguaychú y refirió hechos vividos en 1994. En su relato, narró que concurría a tres domicilios de Gustavo Rivas: el de calle Urquiza, el de Mitre 7 y la propiedad que tenía en Pueblo General Belgrano. En los tres, Rivas les exhibía películas pornográficas, especialmente de relaciones entre homosexuales y muy pocas heterosexuales. Siempre los recibía en ropa interior y así se paseaba por la vivienda.

También le contó a la fiscal Cedrés que tomaban bebidas alcohólicas y, en algún momento, les anunciaba que iba a realizar “un tanteo”. Era la oportunidad en la que se acercaba al grupo de muchachos y les tocaba los genitales. Y en la vivienda de calle Mitre 7 observó que casi siempre separaba a alguien del grupo y se los llevaba a otra habitación, donde tenían relaciones sexuales.

Recordó, además, que a Pueblo General Belgrano se trasladaban en un vehículo de Rivas, un Renault 4L. Ellos lo esperaban por calle 3 de Febrero, se subían al automóvil y debían viajar agachados para evitar ser observados por terceros. Incluso recordó que en una oportunidad los paró la Policía, pero como Rivas era conocido de los funcionarios, los dejaron pasar y continuaron su viaje hasta Pueblo General Belgrano, donde se repetían las acciones.

La descripción de los hechos es coincidente con lo expresado por las demás víctimas y los testigos que han aportado a la causa. En este caso, como en otros, esta víctima también se reconoció en las fotografías que le secuestraron a Rivas cuando se le realizó el allanamiento de su vivienda de calle Mitre 7 en la mañana del 27 de julio del año pasado, donde también se secuestraron videos de índole sexual donde se observan a menores de edad.

El otro dato que aportó es que cuando Rivas los llamaba por su nombre, pero de manera diminutiva, significaba que ya habían tenido algún encuentro íntimo, como si operara una suerte de clave entre ellos.

Este accionar de Rivas fue denunciado por primera vez el 27 de julio del año pasado, a través de una investigación periodística que realizó el director de la Revista Análisis. La fiscal Cedrés, que lleva adelante la Investigación Penal Preparatoria (IPP), estimó que en los próximos diez días remitirá el legajo para la elevación a juicio.
Fuente: Análisis Digital

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