Amplió lo dicho sobre el trabajo de recolección de testimonios: "me llevó mucho porque en cada entrevista que lograban con ellas no podían hablar. Se quebraban de tal forma que me pedían disculpas y, bueno, recién ahora están pudiendo hablar". Fue, precisamente esta misma mañana (alrededor de las 7), que la Policía encabezada por el fiscal Federico Uriburu allanó el convento de Carmelitas Descalzas de Nogoyá. No fue fácil ingresar: "la madre superiora resistió el allanamiento por lo que la Policía tuvo que romper la puerta para ingresar", detalló Enz para la radio de El Entre Ríos en Concordia.
Celeridad
¿Qué elementos tuvo la Justicia para actuar con celeridad? El director del sitio "Análisis Digital" lo explicó. "Yo, anoche tarde, me comuniqué con el Procurador (Jorge Amilcar García) para comunicarle de este artículo y le envié un anticipo".
Las torturas sufridas
El periodista nacido en Reconquista, Santa Fe, admitió que lo "sorprendió mucho cómo les exigían, a modo de castigo, el uso del cilicio que es algo que se coloca en las piernas, brazos o en el torso y tiene púas que deben ajustarse hasta incrustarse en la carne", detalló y añadió que "el flagelo es un látigo con muchas puntas que, a su vez, tiene pelotitas en cada hilo que tienen que pegar en la cola". Detalló, también, que en la investigación periodística "doy cuenta de cómo las obligaban a usar la mordaza que era algo que les hacían abrir la boca. Es como un tubo. Le hacen abrir la boca, le colocan eso y va atado con un elástico. Se lo hacían usar por 24 horas y solamente se lo podían sacar para comer".