Una pareja de Paraná fue el epicentro de la idea que seguro despertará la creatividad porque lo que algunas veces sucede, en esta época del año, es que muchas familias prefieren evitar el armado del arbolito por una cuestión intelectual.
También están los que descartan la idea porque les parece que el adorno lo único que hace es juntar polvillo y otros tantos evitan gastar unos buenos pesos comprando la decoración. Ahora, si el viejo "arbolito" ya no resiste los soplillos, la inversión es aún mayor.
De ahora en más se abre una puerta al ingenio en donde las familias tendrán la chance de armar sus propios árboles. Sobre todo en las casas en donde viven niños que se sorprenden con el marketing navideño.
Más allá de las particularidades de cada hogar, en definitiva, Lucía y Seba tienen, además de la ocurrencia, un anhelo muy noble y significativo por estos días. "En ésta casa el arbolito es un deseo en sí. Mas libros y menos balas ?".
