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Bordet en un encuentro con Perotti
Bordet en un encuentro con Perotti
Bordet en un encuentro con Perotti
El peronismo “federal” intentará cerrar la semana corta con una cumbre en el Chaco que promueva alguna unidad pensando en 2023, reveló el periodista Ignacio Zuleta. Aprovecharán una reunión del Consejo de la Hidrovía, que está integrado por gobernadores de las siete provincias ribereñas, y asegura la asistencia de los mandatarios de distritos decisivos por la cantidad de votantes, como Axel Kicillof (Buenos Aires), Omar Perotti (Santa Fe), que se hará representar por algún ministro (los médicos le recomiendan reposo pos Covid), y Gustavo Bordet (Entre Ríos).

También integra el grupo Gildo Insfrán, presidente del Congreso Nacional del PJ. El anfitrión, Jorge Capitanich, espera aprovechar la cita para sumar a otros gobernadores del peronismo y poder formalizar de alguna manera la histórica Liga de Gobernadores del peronismo. Será en un aparte de sesión sobre la Hidrovía, en la que no esté el correntino y radical Gustavo Valdés.
“No vemos gobierno"
La idea es darle a la Liga el formato de un movimiento federal que sume poder territorial al poder simbólico del peronismo del AMBA, que tiene los tres cargos de máxima representación -Alberto Fernández, Sergio Massa y Cristina-. Este trío carece de visibilidad de poder entre los gobernadores peronistas. La frase que repiten es "no vemos gobierno".

Del Consejo de la Hidrovía forman parte, además, Wado de Pedro, el massista Alexis Guerrera y Daniel Scioli. El ministro de Transporte ya aseguró su asistencia. Hasta este fin de semana, el flamante titular de Desarrollo Productivo no tenía previsto viajar a Resistencia para esta cita que es un pergeño de unidad de todo el peronismo. Esa unidad –que tampoco puede alentar De Pedro, un funcionario más que un dirigente- es la clave de la capacidad del peronismo de ser competitivo en las elecciones del año que viene.

La única razón de fondo para que se produzca la división que cifró la década de derrotas entre 2009 y 2019 es que el peronismo mantenga la convicción actual de que perderá las elecciones de 2023: si esa percepción cala en los dirigentes, habrá una corrida política de los gobernadores a refugiarse en sus distritos. La mayoría tienen una economía saludable y casi todos pueden tener una reelección el año que viene. Si siguen el presagio cristinista de que este gobierno es irrecuperable y perderá en 2023, desacoplarán las fechas de las elecciones provinciales de la nacional.

Fuera de ese factor no hay otra razón para la división del peronismo. No hay un Massa que arrastre a la disidencia a un sector importante del electorado. Tampoco la oposición ha construido una ventanilla eficiente para recibir a un peronismo crítico del Gobierno nacional. El Peronismo Republicano de Miguel Pichetto tiene ese desafío hacia adelante.
"Tenés que venir al CFI"
Entre los documentos previos al encuentro de la Hidrovía del viernes, figura el planteo de Capitanich de salir el laberinto por arriba, y acercarse a algún consenso con la oposición para impulsar reformas de fondo en temas estructurales, como logística, estabilidad monetaria, energía. Sin ese acercamiento, entiende, ningún gobierno podrá designar Procurador General, jueces de la Corte, ni Defensor del Pueblo.

La cercanía de las elecciones no favorece los entendimientos. Gerardo Morales regresó el viernes del viaje a Canadá con un grupo de mandatarios del peronismo -entre ellos Sergio Uñac, Gustavo Sáenz, Alicia Kirchner y Raúl Jalil-. Se pasaron una semana de convivencia y en los momentos de mayor confianza intentaron una seducción en masa a Morales: "Tenés que venir al CFI".

“El jujeño -según Zuleta- se ríe de esas ofertas porque sabe que el CFI es el santuario de las perrerías del peronismo para arrinconar a la oposición con embates contra el gobierno de Juntos por el Cambio en la CABA”. "Cambien ustedes la agenda", es la respuesta de Morales y también de Rodolfo Suarez, el otro protagonista de esa convivencia canadiense.
Fuente: Clarín - Ignacio Zuleta

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