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Los investigadores recordaron que en abril de 2012 el Juzgado de Instrucción N°2 de Concepción del Uruguay, en ese entonces a cargo del juez Mariano Martínez, hoy integrante del Tribunal de Juicios y Apelaciones de esa ciudad, advirtió y denunció el faltante de armas que había remitido a Vitali para que sean peritadas. En principio nadie sospechó del accionar del perito, pero en 2016 ese caso resurgió.

Sucedió que entre los años 2008 y 2011, el juzgado mencionado le envió a Vitali armas secuestradas para que practique el peritaje de rigor. Este realizó el informe y reservó las armas y cuando el juzgado se las pidió, envió por fax una copia de un acta de entrega de las armas a una comisión policial en fecha 17 de diciembre de 2008, dando cumplimiento al supuesto oficio Nº 4123, del juzgado.

La fiscal Laura Cattáneo le imputó haber procedido a falsificar los documentos mediante una "técnica de collage a la que luego le sacó fotocopia, haciendo aparecer como que él mismo se había librado en los autos mencionados y ordenaba la entrega de las armas a la comisión policial que designe la Jefatura de policía de Concepción del Uruguay; pretendiendo con esas maniobras de falsificación engañar al organismo judicial y lograr la impunidad por la sustracción que había consumado".

En esta causa Vitali declaró el 5 de abril de 2017 –el 9 de febrero se abstuvo-, y ahora se conoce qué dijo aquella vez en fiscalía. Acompañado por sus abogados Iván Vernengo y Damián Petenatti, el perito balístico dijo ser inocente y remarcó que con el juzgado de Concepción del Uruguay siempre ocurrían "inconvenientes" con el envío y traslado de armas de fuego. Aseguró que cerca de la fecha en que las mismas desaparecieron hubo un cambio en la modalidad del trabajo, y también manifestó que era frecuente que desde los tribunales de La Histórica reclamaran armas que ya habían sido remitidas. También sostuvo que no se le pedía identificaciones a los policías que eran enviados para retirar las armas.

"Soy inocente de todos los hechos que se me imputan. No me cabe ninguna responsabilidad sobre los mismos. Con respecto a Concepción del Uruguay quiero dejar aclarado un par de cosas, siempre tuvimos inconvenientes en lo que respecta al envío y traslado de armas por parte de Concepción del Uruguay, cosa que no ocurría con otros lugares, Concordia, Nogoyá, La Paz, que mandaban armas a Paraná para ser peritadas. Pero sí con Concepción del Uruguay surgían los problemas", dijo Vitali en su declaración de ampliación indagatoria.

Luego refirió que "en la fecha más o menos que ocurre la desaparición de estas armas se cambió la modalidad de trabajo y se empezó a hacer todo con acuse de recibo, ya que era muy normal que llegaran desde Concepción del Uruguay los oficios sin las armas o viceversa, las armas sin los oficios. También era normal que reclamaran armas que nosotros ya habíamos enviado o remitido junto con la pericia, y al tiempo llamaban y pedían disculpas porque la habían localizado. Hasta el último tiempo que estuve trabajando, la modalidad fue siempre la misma, es decir, que venía una comisión policial de Concepción del Uruguay cuando el cúmulo de armas era importante, la recibíamos y después la retiraba otra comisión policial cuando se realizaba la pericia".

En la causa se le endilga al perito haber falsificado los recibos del juzgado y un acta en la que supuestamente entrega las armas a un policía, que investigaciones posteriores no pudieron encontrar. Sobre ese punto, dijo que no era común pedirle la identificación al policía enviado a retirar las armas. "La comisión policial traía un oficio y se confeccionaba el recibo correspondiente, jamás se tenía por costumbre pedirle al funcionario policial una identificación o la credencial, bastaba que viniera con el oficio correspondiente. A los que venían del interior jamás le pedía que se identifiquen, salvo que estuvieran vestido de civil, lo mismo pasaba con los que venían de otro departamento, siempre que vinieran vestidos como policías no había problemas". Más adelante refirió que debido al buen sueldo que percibe como perito, "no me hacía falta en absoluto hacer este tipo de cosas". En cuanto a los recibos, manifestó: "Con respecto a la confección de los recibos en los cuadernos, ya sea para las entrega, siempre lo hacía la secretaria, pero cuando a mí me cansaban yo no la dejaba hacer absolutamente nada, hacía directamente todo yo, desde el llenado de los recibos a mano en lo cuadernos, tanto como el recibo en máquina, eso es muy fácil corroborarlo porque me atacaba, les decía que eran todos inútiles y hacía todo yo".

Al finalizar su extensa declaración, sostuvo que "me parece ridículo, irrisorio y estúpido, que yo habiendo peritado las armas, habiéndome hecho cargo de la guarda hasta su retiro, las haya hecho desaparecer, porque sí o sí hubiese sido responsable del mal desempeño de mi profesión, y como dije en la declaración testimonial en esta causa, ahora ya más de 20 años de profesión, jamás me faltó ni una vaina".

Pero la versión de Vitali no fue suficiente para desligarse del hecho. Así lo entendió el juez Zoff, quien el pasado 23 de agosto lo procesó por el supuesto delito de peculado y falsificación de documento privado en concurso real. "Es posible establecer, con el suficiente grado de probabilidad exigido en esta instancia procesal, que tanto la materialidad como la intervención del incurso como autor del mismo se encuentran acreditadas", concluyó el magistrado, quien valoró informes policiales, testimonios y pericias documentológicas que complicaron a Vitali.
Fuente: Entre Ríos Ahora

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