El hecho informado por la Policía de Concordia califica como “mínimo”, casi insignificante, si se lo mira aislado. Pero deviene en un botón más de muestra de un fenómeno que crece: el mercado negro de armas y de municiones. Pareciera que no hay allanamiento donde no aparezca algún revólver, o una escopeta, o, como en este caso, un arma fabricada en casa, lo que demanda un mínimo de conocimientos puestos al servicio de tal propósito.
Eran las 20 y 20 de este martes cuando personal de la División Investigaciones, al transitar por calles Los Caburés y Las Palomas del Barrio Los Pájaros, observaron a un sujeto que tenía en su poder un arma de fuego. La policía dio la voz de alto pero el individuo salió corriendo, luego ingresando en una vivienda, no sin antes arrojar el arma en el patio delantero.
Finalmente, los efectivos lograron aprenderlo, cuando intentaba escapar por los fondos con dos cuchillas en sus manos.
Enseguida sucedió una vez más otro hecho cada vez más común: un grupo de vecinos salió en defensa del detenido, por lo que la policía debió pedir apoyo para contenerlos.
El Fiscal en turno, el Doctor Fabio Zabaleta, dispuso que el hombre, de 41 años, quedara detenido, acusado por el delito de “portación ilegal de arma de fuego y resistencia a la autoridad”.
Posteriormente, se llevó a cabo el allanamiento de la vivienda donde se había refugiado, previa autorización judicial. Resultado: fue secuestrada un arma de fuego de fabricación casera, calibre 22, con un cartucho en recámara y dos cuchillas.
