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Debido a la pandemia de Covid-19, el uso de oxígeno medicinal creció de manera inusitada en todo el país. Y si bien en Salta hubo denuncias respecto a fallecimientos de pacientes por falta de ese insumo, en Entre Ríos no existe faltante.

Al respecto, el médico neumonólogo de Paraná, Luis Larrateguy, aseguró que “en Entre Ríos es todo lo contrario, no ha habido inconvenientes y está garantizada su provisión”.

Y explicó: “El oxígeno medicinal se utiliza cuando el paciente tiene lo que llama hipoxemia. En las clínicas se usa en los cuadros agudos, cuando van a Terapia intensiva o a las habitaciones. En tanto, en los hogares llama oxigenoterapia crónica domiciliaria y se puede brindar con oxígeno gaseoso en tubos, que es lo que menos usamos; con concentradores de oxígeno, que son máquinas que sacan el oxígeno del aire para proveérselo al paciente; o con oxígeno líquido en unas bombonas que almacenan oxígeno a bajas temperaturas, por lo cual lo hace líquido”.

Respecto a los tubos de oxígeno, aclaró que son los menos utilizados porque son más difíciles de manipular y pueden ser peligrosos si se desprende la válvula de la parte superior, teniendo un “efecto torpedo”. “Ya ha habido accidentes con eso, así que los tubos hoy en día se utilizan como backup cuando se corta la luz y el concentrador no funciona en los domicilios, por ejemplo. Y en las clínicas se recurre a los tubos momentáneamente cuando el oxígeno líquido que tienen almacenado en tubo situado en la parte posterior de los nosocomios se acaba, o se altera el oxígeno central”, refirió el profesional.

“El tema es a cuántos kilómetros está la fábrica de oxígeno que provee a cada lugar. Hay lugares de Entre Ríos a los que el oxígeno líquido no llega, porque la logística y el costo para transportarlo es muy alto, y en esos casos usan los tubos gaseosos y los concentradores portátiles”, advirtió.

Larrateguy explicó que el oxígeno se consigue en tres formas y lo proveen las empresas que lo fabrican: “El oxígeno gaseoso, que está mezclado con el aire al 21%, y eso se mete en un tubo a presión. Si se le baja la temperatura se vuelve líquido y se logra almacenar mucha más cantidad, que es lo que tienen las clínicas en tubos enormes y llega un camión y los recarga; o en las casas, con tubos que se llaman bombonas, que cargan muchos litros de oxígeno y alcanzan para una semana”, indicó, y agregó: “La otra es el concentrador de oxígeno, que es una máquina que se conecta a la electricidad, chupa el aire del ambiente, adentro tiene un tamiz molecular que frena el nitrógeno, porque la mayoría del aire es nitrógeno y solo el 21% es oxígeno, que pasa y se envasa en un tubito y ahí se pasa al paciente”.

Si bien muchos nosocomios se abastecen en fábricas de Rosario, en la capital entrerriana uno de los comercios abocados al rubro provee a varios de los hospitales, clínicas, sanatorios y geriátricos de la ciudad y también hace lo propio en localidades como Gualeguaychú, María Grande, Victoria, La Paz, Nogoyá, General Ramírez, Viaje, Seguí, entre otros.
La demanda creció un 70%
Andrea, quien atiende al público en este local de calle Maciá, contó que si bien durante el invierno suele incrementarse la demanda de este producto debido al aumento de las afecciones respiratorias, este año se dio de manera inusitada por el coronavirus: “Creció un 70%. Seguimos con una altísima demanda, pero hasta ahora no hubo faltantes ni demoras. Generalmente se trabaja con una planta de Rosario y se viaja dos o tres veces por semana para reponer”.

Según expresó, la mayor utilización se dio por los casos de Covid, ya que nadie lleva este oxígeno de manera preventiva ni debe usarse sin indicación de un profesional de la salud.

La mujer recordó que la compra se realiza con un pedido del médico y subrayó: “Se trata de gases medicinales y estamos habilitados como comercio, ya que no son de venta libre. Por ahí viene un particular a alquilar un tubo y siempre se pide la prescripción médica”.

En cuanto a los precios, indicó que “han variado” y afirmó: “Generalmente la distribuidora hace un replanteo de precios dos o tres veces al año. En junio o julio hubo aumento y es como todo: crece la demanda y generalmente varían el valor, pero a eso lo dispone la planta”.

Un tubo de un metro cúbico, que alcanza para dos horas de uso continuo, cuesta hoy unos 800 pesos y generalmente la obra social del paciente le reintegra este importe. “En el caso de los particulares que tienen indicación médica, se alquila el cilindro por mes. Por ahí necesita más cantidad y se le cambia el tubo por uno más grande”, concluyó.
Fuente: UNO Entre Ríos

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