El hecho provocó una gran nube de humo que comenzó a salir desde el local, cuando el guardia de seguridad ingresó al lugar y, al pretender bloquear la alarma, la bomba se activó.
Primero desprendió un líquido sobre el rostro del empleado, sin provocarle ningún daño, e inmediatamente el humo invadió todo el lugar.
La policía llegó rápidamente, pero no hubo que lamentar grandes inconvenientes: solo la cantidad de humo que salía del banco, que detuvo la marcha de varios transeúntes que intentaban saber qué había sucedido.
