El gobernador, Gustavo Bordet, quiere avanzar antes de fin de año en un acuerdo político, que permita definir qué hace la provincia con el acuerdo con "China State Construction Engineering Corporation Ltd.", por el acueducto del norte provincial. En marzo vence la prórroga que había obtenido la provincia para resolver el tema.
Bordet viene de reformar el proyecto original impulsado por su antecesor Sergio Urribarri, que preveía la realización de dos acueductos de riego: La Paz-Estacas y Mandisoví Chico, para lo que se autoriza al gobierno provincial a tomar un préstamo 430 millones de dólares. Dejó en pie el segundo acueducto, que toma agua del lago de la represa de Salto Grande; y la idea es destinar el resto de la financiación a otras obras.
Bordet quiere que esas definiciones tengan un marco de acuerdo político que no le implique cargar solo con los costos de una medida que, en su momento, fue resistida por un conjunto de agrupaciones gremiales, universitarias y políticas, entre los que se contaban dirigentes que hoy son diputados de Cambiemos.
El proyecto es cuestionado por supuesta sobrevalución en los trabajos de movimiento de tierras y por la exigencia de China para que la obra se haga por contratación directa. El problema es que si se decide llamar a licitación internacional, el acuerdo cae. Pareciera que el gobierno nacional está interesado en sostenerlo, como una operatoria que abriría la puerta a más inversiones chinas en el país.
