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Con matices, pero sobre todo muy cautos, cinco gobernadores de la oposición respaldaron tibiamente a Mauricio Macri y su decisión de recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI). La de ayer fue la primera reacción pública de un grupo de jefes provinciales tras una semana marcada por turbulencias económicas.

Tras llevarse el compromiso del Presidente de que no habrá reducción de la obra pública, -más allá del recorte de 30.000 millones de pesos que la semana pasada había anunciado el ministro de Economía, Nicolás Dujovne -, los gobernadores Sergio Uñac (San Juan), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Domingo Peppo (Chaco), Juan Manzur (Tucumán) y Alberto Weretilneck (Río Negro) apoyaron la determinación de Macri de pedir asistencia crediticia al Fondo, aunque mostraron reparos sobre las consecuencias de la medida, sobre todo a partir de su impacto en la economía real y el nivel de consumo.

"Nuestra experiencia con el Fondo no ha sido la mejor, pero no significa que eso se vaya a repetir. Eso depende de la responsabilidad con que se asuma el acuerdo y los compromisos que ese acuerdo implique", advirtió el entrerriano Bordet.


El gobernador defendió la necesidad de recurrir al Fondo "para tener financiamiento externo a tasas más accesibles" e incluso defendió la importancia de reducir el déficit "porque es saludable para el país". Pero se cuidó de guardar cierta distancia con la decisión de la Casa Rosada: "Nosotros pondremos lo mejor para que al país le vaya bien, pero ellos deben gobernar. Ganaron la elección".

El mismo juego de equilibrio sutil ensayó Manzur. Por un lado, el gobernador tucumano se mostró dispuesto a colaborar con Macri. "Fuimos [a la reunión de anteayer en la Casa Rosada]porque entendemos que hay que coordinar esfuerzos y sumar", dijo. Después añadió: "Cada vez que me llame el Presidente, allí estaré". Pero cerró su evaluación con una sentencia contundente: "Es un tema del Ejecutivo nacional".

"Estamos convencidos [los gobernadores]de la necesidad de apoyar todas las políticas que ayuden a seguir creciendo a la Argentina", aseguró por su parte Uñac. No obstante, en línea con sus pares, completó con un reparo vinculado con las consecuencias de recurrir al Fondo: "Tenemos que ver los puntos de la negociación, ver qué propone el FMI, ver de qué se trata el acuerdo, después veremos", deslizó.

Peppo calcó el razonamiento de su par de San Juan y sumó la preocupación, compartida por los jefes provinciales, por el impacto de la situación que llevó al Gobierno a recurrir al FMI en la economía real. "Comparto plenamente la posición del Presidente, pero también es necesario mantener el nivel de actividad económica", planteó el chaqueño.

También Weretilneck combinó el apoyo al Gobierno con las advertencias. Comenzó por diferenciar la coyuntura actual con las situaciones que llevaron al país a recurrir al Fondo en el pasado. "Hay un gran respaldo internacional hacia el gobierno argentino y hacia el país, contrariamente a lo que ha pasado con otros países o en otras argentinas", sopesó.

Enseguida, no obstante, sembró dudas. "No me hace ruido el Fondo Monetario Internacional. Lo que me haría ruido es que Mauricio Macri tome decisiones a partir de instrucciones del FMI, eso sería delicado para la Argentina", alertó el gobernador de Río Negro. "El Gobierno debe dejarle en claro algunas cosas al Fondo, es una negociación. No puede quedar que el plan económico nacional sea el plan del FMI", concluyó.

Más allá de lo que dicen en público, los gobernadores peronistas están preocupados. Según pudo reconstruir el diario La Nación, en la reunión del jueves Macri fue tajante: "Era el Fondo o la recesión", les dijo a los mandatarios que viajaron a Buenos Aires para verlo convocados por la propia Casa Rosada. A ninguno de ellos se les escapa, tampoco a los que no participaron de la reunión, que la reducción del gasto público en la que se avanzará para bajar el déficit impactará de lleno en los niveles de consumo y, por lo tanto, en el devenir de sus gobiernos.
Fuente: La Nación

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