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La medida fue dictada por el juez de instrucción porteño Javier Feliciano Ríos, quien halló a Mangeri responsable de "homicidio agravado por alevosía", por lo que continuará preso en el marco de esta causa.

En diálogo con la prensa, Pablo Lanusse, abogado querellante, se manifestó de acuerdo con la decisión del juez. "Es una resolución clara y sólida, basada en la prueba que hay en el expediente, fundamentalmente en los resultados de ADN".

Además, indicó que a Mangeri se le impuso un embargo por un millón de pesos sobre sus bienes.

Por lo menos diez indicios incorporados al expediente fundan la presunción de que Mangeri habría asesinado a la joven, cuyo cadáver fue hallado el 11 de junio en la cinta transportadora de basura de una planta de la Ceamse, en José León Suárez.

Testimonios y más peritajes

La causa sigue incorporando testimonios, aunque no todos resultan relevantes para la investigación. Ayer, la justicia imputó por falso testimonio a la mujer que había dicho que escuchó una discusión entre Ángeles, el padrastro y la madrastra el día de la desaparición de la joven. La testigo había dicho también que un funcionario del gobierno le pagó a los vecinos para que no hablaran de esa discusión.

La mujer declaró ayer ante el juez Ríos y la fiscal María Paula Asaro, pero ante sucesivas contradicciones en las que incurrió, el magistrado interrumpió la testimonial y le notificó que quedaba imputada por falso testimonio.

En tanto, otro testimonio se dio a conocer ayer. Se trata de un taxista que aseguró haber llevado a Mangeri al Ceamse con dos bolsas grandes.

Según este testimonio, como el taxista no podía hacer fuerza porque tiene un problema en la cadera, Mangeri tuvo que pedir ayuda a dos transeúntes que pasaban por el lugar para cargar las bolsas y, luego, le pidió que lo trasladara hasta la planta de la Ceamse, situada a once cuadras.

El conductor del taxi relató que, al llegar al predio, detuvo la marcha, pero que el pasajero lo hizo entrar a pesar de que el acceso está prohibido. En ese momento los interceptó un empleado de seguridad. Pero el pasajero se bajó y le hicieron poner el auto de culata. Entonces, en ese momento, el imputado habría abierto el baúl para descargar las dos bolsas.

Según el relato del testigo, el contenido de una de esas bolsas se movió y Mangeri le dijo que se trataba de un perro atropellado, tras lo cual pidió a dos empleados de la Ceamse algo para golpearlo. "Le trajeron una maza, de mango corto pero de martillo grande. Mangeri lo garroteó", habría expresado el taxista a los investigadores.

Luego, el encargado les entregó dinero a quienes lo ayudaron y solicitó al taxista que lo llevara nuevamente hasta el edificio de Ravignani 2360, dijo el testigo, quien agregó que el baúl de su auto había quedado manchado con sangre, pero que lo lavaba todos los días.

Hoy, el taxista fue llevado a recorrer la zona donde dijo que sucedieron los hechos, para reconstruir lo que declaró. Sin embargo, no reconoció el predio del Ceamse de Colegiales . Tampoco aparece su taxi en las filmaciones de las cámaras de la calle Ravignani al 2300 del día lunes 10 de junio.

Si bien el testimonio quedó incorporado en el expediente, el juez Javier Ríos no lo utilizaría como una prueba de cargo hasta que no hayan sido verificados todos y cada uno de los dichos del taxista. Su automóvil Volkswagen Polo está siendo peritado .
Fuente: El Once

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