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El abogado Gustavo Rivas está acusado por corrupción de menores y promoción de la prostitución. Su abogado defensor, Raúl Jurado, solicitó la nulidad de la elevación a juicio porque se sintió afectado en su labor al no conocer la identidad de los testigos.

Ninguna de las otras partes se opuso a este requerimiento y se consintió en que accediera a esta información para que tenga un debido proceso defensivo. A raíz de esto el juez de Garantías, Tobías Podestá, dictó un cuarto intermedio hasta el 24 de octubre para reanudar la audiencia de elevación y culminarla. La audiencia comenzó poco después de las 17, tal como estaba programada, en donde se discutieron las evidencias que el Ministerio Público Fiscal recabó hasta esta instancia. A diferencia de cada una de las siete veces que fue citado a indagatoria, Gustavo Rivas decidió no acudir a esta audiencia judicial, en la cual no era necesaria ni obligatoria su presencia.

Estuvo representado por su abogado Raúl Jurado, que trató de poner en crisis cada una de las pruebas que presentaron los fiscales Lisandro Beherán y Martina Cedrés, que tuvieron a su cargo la recopilación de pruebas, pericias y la toma de testimoniales que figuran en el legajo. También fueron parte de esta audiencia los querellantes Estela Esnaola y Alfredo Vitale.
Sin presencia de la prensa
La prensa no pudo presenciar la audiencia debido a que en la causa figuran los nombres de las personas que declararon bajo identidad reservada y para preservar su anonimato, el juez Podestá optó por esta medida para que no trascienda ninguna información sobre la privacidad de los involucrados.

Al igual que la prensa, la defensa tampoco pudo conocer en ningún momento la identidad de quienes declararon como supuestas víctimas en la Investigación Penal Preparatoria (IPP) y por ello Rivas nunca declaró. “Cómo se va a defender si no conoce quiénes son los que lo acusan”, se lo escuchó decir a su abogado más de una vez cuando se lo consultó tras las indagatorias. De ello se tomó Jurado esta vez para prolongar un poco más esta instancia. Según fuentes cercanas a la causa, el abogado manifestó sentirse perjudicado en su labor defensiva por no conocer los nombres de aquellos que declararon contra su cliente bajo identidad reservada.

En base a esto, ninguno de los abogados miembros de la Fiscalía y de la querella se opusieron, mostraron su consentimiento, por lo cual la labor del juez Podestá solo se resumió a dictar un cuarto intermedio hasta el 24 de octubre.
Fuente: El Día de Gualeguaychú

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