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Este viernes se desarrolló una audiencia en el marco de la causa contra el expresidente del Superior Tribunal de Justicia (STJ), Emilio Aroldo Castrillón, a raíz de los hechos de violencia que se produjeron en la ciudad de La Paz, cuando fue a un kiosco ubicado al lado de su casa a quejarse por ruidos molestos.

El juez José María Chemez escuchó al Ministerio Público Fiscal (MPF) esgrimir los argumentos de la apelación a lo resuelto por el Juzgado de Garantías de La Paz, a cargo de Walter Carballo, que dio luz verde a un acuerdo entre las partes, dejando fuera a Fiscalía.

Chemez resolverá si concede la razón al MPF o ratifica lo actuado por Carballo y, de ese modo, permite que un acuerdo entre partes extinga la acción penal contra Castrillón: el magistrado comunicará su decisión el próximo jueves 16 de junio a las 8.30. En síntesis, deberá definir si es posible un acuerdo entre partes que exima al MPF, a cargo de la investigación.

En el marco de esa audiencia, Castrillón fiel a su estilo: despotricó contra los medios de comunicación, el propio MPF; el procurador general, Jorge García; la exprocuradora adjunta, Cecilia Goyeneche; y el fiscal de La Paz, Oscar Sobko.
La defensa de Castrillón
Castrillón pidió la palabra entre las alocuciones de sus dos abogados, su hijo Emiliano Castrillón y Rubén Pagliotto. Fue breve pero contundente y efusivo: calificó la investigación como “burda y absurda, sin los más mínimos elementos investigativos”.

“Llegamos a esta situación porque yo era vocal del STJ. Ahora bien, cuando yo duermo con mi señora no le digo: ‘Acostate conmigo porque soy Vocal del STJ’. Cuando despertábamos a mi hijo, no es que yo le digo: ‘Andá a dormir porque soy el vocal del STJ’. Me fui a quejar por el volumen del kiosco y no les dije que lo hacía en carácter de vocal del STJ”, espetó.

Luego, arremetió contra la prensa por haber publicado los videos de lo ocurrido en el kiosco vecino a su casa: “La Procuración lo exhibió por el boletín oficial Análisis”.

“Ese kiosco tiene cámaras, justo ese día no andaban. Porque ahí se hubiese demostrado cómo fue la discusión, que realmente me fui a quejar por la música. Con tono alto. Había una sola persona que era el que me atendía todos los días. No sé cómo salí de ahí, porque me agarraron a patadas, perdí dos veces el conocimiento”, describió el exjuez.

Ahí, Castrillón contó que interpeló a un policía que estaba en el lugar y le preguntó por qué no actuaba para defenderlo. “Me dice que le tiene que dar la orden el fiscal y que el fiscal estaba en el auto. Estaba el padre del fiscal, en el auto del hijo, junto a sus otros dos hijos, pero el fiscal no estaba”, relató.

Según Castrillón, esa situación motivó los mensajes de WhatsApp que configuran una amenaza para el MPF: “Yo en los mensajes lo que le digo es que se lo hice poner ‘Coke’ (Jorge García) al hijo como fiscal auxiliar cuando recién se recibió, pero me persiguen a mí, me lesionan y nadie investiga nada y están jodiendo por una caramelera”.

Además, dijo que nunca hubiese amenazado de incendiarle el kiosco al dueño. “No puedo creer que lo haya amenazado de incendio porque él no tiene ni revoque en la pared, se prendería fuego mi garaje. Es inexplicable. Una amenaza debe ser creíble y no podría incendiar el kiosco sin incendiar mi garaje”, sostuvo.

Acto seguido, Castrillón se victimizó: “Soy un pobre infeliz, un jubilado. Producto de esto, armado, me jubilaron. Porque siempre defendí las garantías y no la procuración”. Luego, mandó a leer la Constitución al fiscal presente en la sala, Álvaro Piérola.

Posteriormente, volvió a cargar contra García y apuntó contra Cecilia Goyeneche: “El sistema acusatorio era viable si le ponés término a los cargos de la Procuración, si no se puede crear un monje negro”.

“Este es un delito de instancia privada. Que yo haya sido público y me despidieron porque fui impulsivo, no éticamente correcto, es mucho más leve que lo que han hecho en los canales nacionales, las marchas de ustedes -apuntó contra Piérola- de ‘Todos somos Cecilia’. Yo no soy Cecilia Pro”, afirmó en tono descolocado.

El fiscal Oscar Sobko, que investigó los hechos que se vertieron en la audiencia, también fue blanco de los dichos del exmagistrado: “Sobko me dijo que iba a volver a la política ¿Qué le importa a Sobko qué hago como jubilado? No puedo ejercer abogacía por ley y tampoco quieren que me meta en la política. ¿Qué quieren, que me mate? Voy a agarrar una caña de pescar. El me respondió eso porque yo le critiqué que vivía en otra ciudad de la que trabaja”.

Para finalizar, Castrillón volvió a apuntar contra el periodismo: “A mí me avisan los medios de las audiencias”. En conclusión, el exjuez espetó: “Mantener esto elevado a juicio significa perder tiempo, darle pasto a las fieras, que sigan mancillando mi nombre y por eso le digo: no hacen justicia, no buscan con objetividad e imparcialidad, lo que están buscando es una persecución deliberada para hacerse propaganda cuando hay muchos delitos más importantes que este que no son investigados”.
Fuente: Análisis

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