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El revuelo en sede judicial comenzó cuando constataron que armas que faltaban de los depósitos judiciales aparecieron en manos de delincuentes. El hecho que comenzó a ser una investigación pública hace dos meses, tiene como uno de los principales sospechosos al perito balístico del Superior Tribunal de Justicia (STJ) Antonio Daniel Vitali.

Con el correr de la investigación, la información periodística señaló que aparecieron más evidencias que complicaron la situación del profesional que cumplía funciones dependiendo del máximo órgano judicial provincial. El entrecruzamiento de datos que provienen de juzgados con los números arrojados por el inventario, brindó que en el transcurso de la semana se detectaron 60 faltantes de armas en depósito judicial.

Evidencias

La semana pasada finalizó el inventario de armas incautadas por causas judiciales. Ahora, empiezan a evidenciarse más datos y pruebas que comprometen al perito balístico del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos, licenciado Antonio Daniel Vitali.

Con los números recabados tras la finalización del inventario, ahora se entrecruzan los datos con información proporcionada por juzgados y otras áreas a donde podrían haber sido depositadas algunas armas faltantes.

Producto de estas ecuaciones, desde el lunes pasado se están haciendo estos controles finales, los que, en forma diaria han estado arrojando un promedio de 15 armas faltantes por jornada de contabilización.

O sea se podría hablar de que en el transcurso de esta semana ya se detectaron 60 armas ausentes y sin aviso de donde fueron a parar. Tomando en cuenta la proyección de lo que aún falta cotejar, los investigadores estiman que podría llegarse a constatar una cifra aproximada a las 250 armas desaparecidas de los depósitos de Justicia.

Manuscrito

El doctor Ignacio Aramberry, fiscal de la causa, confirmó este jueves que ya cuenta con el resultado de la pericia que se realizó sobre un manuscrito hallado durante un allanamiento en el domicilio de Maximiliano Bertoni, el empleado del departamento Médico Forense, acusado de ser quien sacaba del edificio las armas para entregárselas a otras personas que las vendían en el mercado negro. En ese manuscrito se habrían constatado de puño y letra, tipos de armas acompañados con precios y otros detalles. Según Bertoni, esto es prueba fehaciente de que era Vitali quien le entregaba las armas, le marcaba los precios y las indicaciones de cómo negociarlas.

En su defensa, Vitali negó tener relación con ese manuscrito y se resolvió efectuar una pericia con un especialista de Tribunales y un perito de parte.

Según Aramberry, "efectivamente, finalizaron las pericias. Una de ellas realizada por la Dirección de Criminalística y otra efectuada por un perito de parte, que arrojó que el manuscrito hallado en la casa de uno de los imputados corresponde a la mano escritora, y es así como se menciona en el informe, de otro de los imputados. Ese manuscrito es básicamente una lista de precios de armas", mencionó Aramberry, excusándose de dar nombres a través de la entrevista, por exigencias del proceso.

No obstante, es un solo manuscrito y de los tres imputados pertenecientes al Palacio de Justicia, solo dos se encuentran en pugna con acusaciones cruzadas y en este sentido, se trata de los empleados Vitali y Bertoni.

Culpó a la interna

Vitali se defendió aduciendo que se trataba de una "interna" para perjudicarlo y negó su relación con el mercado negro, pero un manuscrito que fue hallado en el domicilio de quien lo señala como la cabeza de la organización es el que ahora pesa como cinturón de plomo en quien intenta aún mantenerse a flote negando su vinculación con uno de los mayores escándalos que haya tenido que enfrentar la Justicia en Entre Ríos.
Fuente: El Diario de Paraná.

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