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En la audiencia, que presidirá el juez Gustavo Pimentel, el Ministerio Público Fiscal hará un planteo por el pedido de postergación de los defensores por aparentes motivos de salud. Así, los fiscales intentarán evitar que se aplace el inicio del juicio previsto para el 29 de julio, requiriendo que los encausados designen nuevos abogados. El curioso nombre con el que se hace referencia al caso se debe a que en la investigación, la fiscalía determinó que se falsificaban certificaciones de publicidad en la ruta y en ellas siempre aparecía repetida una vaca.

La fiscalía pidió, entonces, que Aguilera y Almada nombren nuevo abogado -y por eso la audiencia de este jueves- y respecto de Fouces, el Tribunal de Juicio y Apelaciones resolvió que por cuanto se encuentra en proceso de evaluación por parte del médico forense Luis Molteni, y en razón de que no se ha tratado el cambio de abogado, se dispuso que continúen ejerciendo la defensa del empresario Fernando Montañana, los letrados Félix Patricio Pérez y Sebastián Rodrigo Arrechea.

En la causa, además de Urribarri y Báez, también están imputados Juan Pablo Aguilera -cuñado del exgobernador-, a quien la fiscalía adjudica las empresas Tep SRL y Next SRL; y quienes aparecen como socios de esas firmas, Luciana Belén Almada -pareja de Aguilera-, su hermano Alejandro Luis José Almada -cuñado de Aguilera-, Maximiliano Romeo Sena, Emiliano Oscar Giacopuzzi; y la contadora de las firmas, contadora Corina Elizabeth Cargnel. Además, están acusados el empresario Hugo Fernando Montañana y Gustavo Rubén Tamay, responsable de Certificación de Publicidades en Vía Pública del entonces Ministerio de Cultura y Comunicación.

Los delitos investigados consistieron en el direccionamiento de órdenes de publicidad durante los años 2010 a 2015 por un monto total de $24.204.918,69 a lo largo del gobierno de Urribarri y su ministro Báez “en contrataciones de campañas publicitarias en vía pública a empresas vinculadas a Juan Pablo Aguilera, quien era funcionario público provincial y familiar del exgobernador”. Para el Ministerio Público Fiscal, las firmas que se adjudican al cuñado Aguilera, Tep SRL y Next SRL, “absorbieron la casi totalidad de la publicidad en vía pública del Estado provincial, la que se otorgaba desde el Ministerio de Comunicación a cargo de Báez de manera directa y por vía de procedimientos de excepción”.

La imputación fiscal también dice que “otras empresas vinculadas comercialmente a las referidas (Tep SRL y Next SRL), como José María Bustamante Publicidad y Montañana Publicidad, fueron beneficiadas con idénticos contratos y pautas publicitarias, las que -a su vez- redundaban en beneficio de las empresas de Aguilera, a través de un sistema de retornos de dinero que terminaba en sus manos”.

El 24 de mayo de 2018 apareció el primer arrepentido de la causa: el publicista Jesús José Bustamante. El empresario admitió en un juicio abreviado haber formado parte de una organización en la que se aseguraba contratos de publicidad del Estado a cambio de pagar “retornos” a Aguilera. El perjuicio al Estado que produjo Bustamante con esas maniobras ronda los 3 millones de pesos, aunque en forma global la estafa es del orden de los 12 millones.

La fiscalía había pedido 7 años de prisión de cumplimiento efectivo para Bustamante, pero en el acuerdo abreviado el empresario aceptó una pena de dos años y ocho meses de cumplimiento condicional.
Fuente: Análisis

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