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Un productor de Urdinarrain, Horacio Bauer, debió cerrar su tambo. Según denunció, la ordenanza que prohibió el glifosato fue el principal problema que los obligó a vender sus 150 vacas.

El tambo, con 45 años de historia, estaba ubicado a unos 500 metros de Urdinarrain y en su mejor momento contaba con 150 vacas. Tras el cierre, despidieron a tres empleados, vendieron el ganado y señalaron que las pérdidas son de 3 millones de pesos desde septiembre pasado. “Nos coartaron la posibilidad de trabajar”, advirtió.

Además de los problemas propios de la lechería –que desde hace varios años sufre una situación crítica–, se sumó la prohibición del uso del glifosato en el ejido de la localidad, que los terminó de perjudicar. “Se hace totalmente inviable, manifestó y denunció: “Esto es debido a presiones ambientalistas”.

Respecto de los serios cuestionamientos a este producto por las consecuencias que provoca en la salud y el medio ambiente, Bauer aseguró: “No quiero decir que sea agua bendita, sino que es como cualquier químico, que incluso usamos en nuestra casa, que mal usado genera problemas”.

Consultado por la agroecología como alternativa para sacar adelante el tambo, anticipó que no cree que se pueda avanzar rápidamente, ya que trabajaba “con alta carga animal por hectárea”, que sólo era posible con un proceso de “fertilización y pasturas adecuadas, con aplicación de agroquímicos”.
Fuente: Ahora

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