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La Escuela Secundaria de Formación Agroecológica (ESFA) "Antonio Elio Brailovsky" de Concordia publicó, en sus redes sociales, un comunicado para lamentar la falta de respuestas por parte de las autoridades que son responsables de autorizar el proyecto para que la institución pueda dictar clases de forma independiente a estudiantes de primero a sexto año del colegio secundario. Mariana Acosta es profesora de Geografía, Ciencias Biológicas y licenciada en Tecnología Educativa, además de ser responsable del proyecto pedagógico de la ESFA, única escuela agroecológica secundaria con edificio diseñado con criterio sustentable en Entre Ríos.

"El proyecto consiste en un formato de aula multi años, en la cual asisten chicos del Ciclo Básico, de primero a tercer año, y del Ciclo Orientado, de cuarto a sexto año, del secundario. Esta iniciativa nació por la necesidad de un grupo de familias y la ONG Luz del Ibirá", relató la docente.

Agregó que “la necesidad de estas familias surgió a partir de que la educación convencional no dio los resultados esperados en la educación primaria y, además, porque el sistema no entiende esta necesidad de otro tipo de pedagogías, pero también exige de la misma forma a estudiantes que aprenden en distintos tiempos. Por lo tanto, los chicos se encuentran en situación de desventaja", enfatizó.
¿No podrá abrir en 2024?
“Nosotros tenemos acuerdo firmado por las autoridades de la Dirección Departamental de Escuela solo hasta este año”, respondió Acosta al ser consultada por El Entre Ríos. Es más, agregó: “para el 2024, no”.

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La profesora Mariana Acosta en el interior de la ESFA ubicada en el perilago de Salto Grande. Agrandar imagen
La profesora Mariana Acosta en el interior de la ESFA ubicada en el perilago de Salto Grande.
De acuerdo al comunicado publicado en las redes sociales por ESFA, el 23 de diciembre de 2022 las autoridades del colegio fueron convocados a una reunión "en las altas esferas del Consejo de Educación". El resultado del encuentro no fue el esperado: "La frialdad de la palabra, de la letra escrita en las resoluciones que no contemplan las diferentes realidades, la normativa que no entiende de nuevas realidades y de espacios físicos construidos en objetivos ambientales, el aula nos dejaba afuera de la posibilidad de concretar la posibilidad de seguir en este 2023 como proyecto de escuela secundaria".

Actualmente, las familias, chicos y docentes tratan de encontrar una salida alternativa para no dejar de funcionar. "Está el proyecto de ser un anexo para la escuela secundaria República Oriental del Uruguay y, como plantea la normativa, es un proyecto paralelo al colegio mientras buscamos la independencia con el Código Único de Escuelas (CUE) propio. Los chicos, mientras tanto, cursan la secundaria en la escuela tutora y tenemos un acuerdo firmado entre los padres y la institución que apoyan el proyecto", indicó la docente.

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"Las cuestiones son arriba, en las altas esferas del CGE, la Dirección de Educación Secundaria y la Presidencia que no se define", indicó y agregó que, en este momento, "mediar con las autoridades provinciales no tiene sentido porque estamos a días del cambio de gestión, por lo que decidimos hacer todo esto público. Tenemos esperanzas de que prime la necesidad, que se entable un acompañamiento y se respeten nuestras particularidades".

En esta línea, la profesora destacó que no hay un proyecto educativo de estas dimensiones en la provincia y que, por lo tanto, deberían contemplarse las necesidades de los estudiantes que asisten a ESFA: "Debemos seguir porque hay chicos del grupo que podrían quedar sin ir a la escuela", afirmó.

Comentó, además, que la última resolución del CGE estableció que la ESFA "no cumple con el factor de que los chicos estén bajo la órbita de la escuela que presta el CUE. Los docentes de la escuela secundaria N° 23 son responsables de esos chicos y entienden que es a ese lugar al que tienen que ir. Nos plantean que se divida la concurrencia donde se dicten contenidos oficiales en esta institución y que con nosotros solamente impartamos talleres extra curriculares, pero eso no es lo que buscamos", aclaró.
Años de gestiones
Acosta detallo que el proyecto se gestó en 2018, momento en el que se presentó un primer documento al Consejo General de Educación (CGE) y se reformuló en varias oportunidades desde entonces. "Empezamos con tres alumnos en la pandemia y, como las escuelas estaban avocadas a las cuestiones del aprendizaje en este contexto, el proyecto quedó planchado", comentó e indicó que el CGE solicitó que los alumnos y alumnas fueran inscriptos a una escuela oficial, bajo la tutela del Estado, para evitar la desescolarización.

"Se anotó a los chicos en la Escuela N° 23 República Oriental del Uruguay para que no quedaran fuera del sistema mientras esperábamos una resolución del proyecto por parte de las autoridades provinciales", acotó la docente.

Por su parte, la profesora indicó que el primer proyecto contemplaba ser una iniciativa estatal encuadrada dentro de un proyecto de Escuelas Comunitarias donde "se contemplaba la educación en la naturaleza y la educación para la paz como ejes transversales, además que teníamos un espacio de trabajo con otras organizaciones, así como algunos funcionarios del área de Desarrollo y del propio CGE".

No obstante, en junio de 2022, la institución debió presentar nuevamente otro proyecto ya que no podría encuadrarse dentro de esta iniciativa de escuela comunitaria. "Tuvimos que reformular la iniciativa en un solo día e iniciar un nuevo expediente para insertar la escuela dentro de la gestión privada ya que allí se ubican los colegios de gestión social y cooperativas, que encuadraría a nuestro proyecto y en esas escuelas se tienen a esos espacios que surgen de necesidades de la comunidad, organizaciones y cooperativas", comentó.
Sin respuestas
La escuela comenzó a funcionar el 1° de octubre de 2021 en un aula ambiental que fue elaborada con orientación de bio-construcción, pero "el edificio no está acorde a lo que pide la arquitectura de la provincia y por eso no está autorizado a funcionar como escuela".

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Por otro lado, Acosta detalló: "A esto se le suma la complicación de que el aula no tiene luz eléctrica de red y tampoco agua corriente: funcionamos con agua de lluvia ya que el diseño del edificio permite colectar la lluvia y funcionamos con energía eléctrica a través de dos paneles solares, pero eso no es suficiente para la normativa".

En este marco, la docente indicó que, lamentablemente, la ESFA no cuenta con estos servicios ya que "la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande nos negó este servicio, incluso cuando estábamos construyendo, cuando la luz es indispensable para construir y habitar. Nunca entendimos por qué esta negativa, pero entendemos que son cuestiones de jurisdicción y que es un manejo diferente en lo político, ya que la Corporación de Desarrollo de Salto Grande (CODESAL) administra el Perilago de Concordia (donde se ubica el colegio) pero están bajo la esfera de la CTM y en esta disyuntiva nos dejaron en el medio y sin servicios para el aula".
Fuente: Fedra Venturini para diario Uno - EER.

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