Durante unas tres horas y media de duración, la cirugía fue realizada por el médico neurointervencionista Raúl Maehara, del Servicio de Hemodinamia del nosocomio. “La operación debe hacerse cuando el paciente presenta el desprendimiento de un trombo (coágulo de sangre) que tapa una arteria y consiste en colocar un dispositivo para capturarlo y, de esta manera, revertir el cuadro de ACV”, explicó.
El profesional, además, agregó que el tiempo es un factor fundamental. “Una vez producida esta separación, solo se dispone de seis horas para practicar la trombectomía y así evitar que la persona afectada sufra una parálisis completa o incompleta de la mitad del cuerpo (hemiplejia). Si supera ese lapso, el cerebro se infarta y la situación es irreversible”, indició.
Sobre los resultados, el médico neurointervencionista aseguró que fueron los esperados y la persona despertó bien luego de la operación. Sin embargo, en las 72 horas posteriores el paciente sufrió otro ACV como consecuencia de un vasoespasmo (contracción de un vaso sanguíneo que disminuye el flujo de la sangre), que desencadenó por el aneurisma cerebral, lo que le provocó una hemiplejia que requiere rehabilitación. Actualmente, se encuentra fuera de peligro.
La trombectomía realizada en el hospital entrerriano de mayor complejidad “representa un importante antecedente y permite jerarquizar al sistema sanitario público en la región: no solo fue la primera efectuada en Entre Ríos, sino que provincias vecinas (como por ejemplo Santa Fe) tampoco registran una cirugía de estas características”, destacaron desde el Ministerio de Salud de la provincia.
