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Desde los orígenes de Villa Colón, sobre todo desde aquel Te Deum que se realizó en el acto de la colocación de la piedra fundacional del edificio de la primera Escuela, la religión se hizo presente en estos solares a través de la voz y la figura del Pbro. Lorenzo Cot. No pasó mucho de aquel acto tan importante, que este sacerdote se trasladó a Villa Colón para hacerse cargo de la atención espiritual de la naciente Villa y la población que la conformaba.

Por el Prof. Alejandro González Pavón

Desde 1863, los oficios religiosos en estos solares fueron esporádicos, ya que todas las celebraciones eclesiásticas se realizaban en la Capilla de la Colonia San José. Esto fue así hasta octubre de 1865, fecha en la que el Pbro. Cot inicia el primer Libro de Bautismos en este lugar. La celebración del mismo se llevó a cabo en una de las habitaciones acondicionadas para este fin, de la Quinta del Dr. Estevan María Moreno, ubicada ésta en una de las lomadas próximas a la zona de costa norte del núcleo urbano (la construcción aún se mantiene en pie). Esto fue posible gracias a las gestiones realizadas tanto por aquel sacerdote como por la Junta de Fomento, los cuales solicitaron mediante nota al Obispo de entonces, Mons. José María Gelabert y Crespo, permita celebrar Misas y Bautismos en este lugar, mientras tantos el Gobierno provincial disponía de los fondos necesarios para la edificación de un edificio que sería utilizado para este fin.

Pasado un tiempo, el Gobierno de la provincia autoriza y envía el dinero específico para la construcción de precario edificio que sería destinado al culto católico (religión predominante en los habitantes de ese momento).
Como se dijo en líneas anteriores, el Pbro. Lorenzo Cot inicia el primer libro de Bautismos en octubre de 1865, en donde menciona por primera vez la advocación a la cual estará dirigida la grey de Villa Colón: los SANTOS JUSTO Y PASTOR.

Ahora bien, si reflexionamos los aspectos históricos y sociales que llevaron a la elección de los nombres tanto de los pueblos y ciudades de esta región como así también la elección de la advocación a la cual fueron consagrados, muchos coinciden en este aspecto: recibieron el nombre o patrocinio en relación directa como prueba de estima, afecto y agradecimiento a la figura del Gral. Justo José de Urquiza, fundador de estos solares y benefactor de estas tierras. Es por eso que, el nombre de los Santos Justo y Pastor responden directamente al primer nombre del fundador de Villa Colón. Y como no es menos, podemos agregar otro dato interesante que diferencia a Colón de las otras localidades que componen la provincia: Colón cuenta con una Vicepatrona, Nuestra Señora de los Dolores, en honor a la figura de la esposa del Gral. Urquiza. Doña Dolores Costa.

La devoción del Gral. Urquiza por los Santos Justo y Pastor estuvo estrechamente ligada al obsequio de un relicario que contenían restos de los niños mártires el cual regaló Mons. Marini al Gral. Urquiza cuando inauguran la Capilla de la residencia San José (hoy palacio San José). Dicho relicario está debidamente certificado por el Santa Sede y hoy se encuentra expuesto al público en una de las dependencias del Palacio San José, más precisamente en la sacristía de su Capilla.

Desde 1865 a 1876, la Capilla de los Santos Justo y Pastor dependió de la jurisdicción eclesiástica de la Parroquia de Concepción del Uruguay, cuyo cura Párroco era por entonces, el Pbro. Domingo Ereño.

A los pocos años de haberse fundado Villa Colón, en 1869 es nombrada ciudad cabecera del Departamento Homónimo. Esto le dio prestigio, importancia y sobre todo, respondiendo al crecimiento urbano, político y económico. Un año antes, en 1868, el primer sacerdote Villa Colón, el Pbro. Lorenzo Cot, moría asesinado en manos de varios malhechores que se cobraron su vida de la manera más brutal posible, muriendo éste en ejercicio de su ministerio sacerdotal. Había sido un sacerdote con una preparación intelectual formidable, ejerciendo la docencia en el histórico Colegio del Uruguay, institución de la cual llegó a ser Vicerrector por unos pocos meses; participado en forma activa de las decisiones políticas de la Colonia San José, pero también en el trayecto de su ministerio en esta región se ganó varios enemigos, sobre todo aquellos que fomentaban el librepensamiento, lo cual iba en contra de la doctrina de la Iglesia de aquel entonces. En función a este trágico hecho, Villa Colón había sido condenada por la Iglesia con el Entredicho, una pena eclesiástica que la Iglesia católica aplicaba a aquellos lugares que abatían contra sus representantes. Esto provocó que Colón no tenga sacerdote por un tiempo prolongado, y por lo tanto la población no tuviese derecho a contar con la asistencia espiritual, justamente por haber cometido un crimen contra uno de sus miembros.

Luego vendrían otros sacerdotes que estuvieron al frente de la Capilla por un tiempo breve hasta que llega a hacerse cargo de la misma el Pbro. Pablo Esteban Lantelme; un hombre muy conocido por los ciudadanos de entonces por haber ejercido este cargos de orden público, entre ellos ser Maestro en la Colonia San José y Colón, miembro de la Junta de Fomento y participe de una de las primeras Comisiones de trabajo para la construcción de la obra del templo. Luego de tiempo, decidió ingresar al Seminario y estudiar para ordenarse Sacerdote. Uno de sus destinos fue Colón, y aquí llegó a colaborar con las tareas ministeriales al Pbro. Juan Pedro Pierre, un sacerdote de origen francés que llegó a estas tierras también producto de la emigración europea. Al comenzar a padecer este último un estado de demencia progresiva, tuvo que intervenir en su accionar cotidiano el Pbro. Lantelme para evitar todo tipo de escándalo y/o desorden documental. Luego de un tiempo, el Obispo decide retirar al Pbro. Pierre de su cargo y dejar en su lugar al Pbro. Lantelme. No le fueron fáciles los primeros meses de su misión pastoral. La ciudad ya evidenciaba aires de cambios de pensamientos, producto de la llegada de nueva población a la zona, pero no católicas, sino más bien protestantes. Esto generó una convulsión social en la región que fue llevando a un clima de tensión en crecimiento a medida que pasaba el tiempo.

Hasta que en 1876, cumpliendo la ciudad de Colón con el número suficiente de habitantes que la Iglesia requería para cambiar su situación jurisdiccional, la Capilla de los Santos Justo y Pastor pasa de ser Capilla a Parroquia. Esto ocurrió el 9 de agosto de 1876, por Decreto firmado por el Obispo de entonces, Mons. José María Gelabert y Crespo. De esta manera, el Pbro. Lantelme se convirtió en el primer cura párroco de la ciudad de Colón.

El nombre de los Santos Justo y pastor siempre se mantuvo desde 1865.
¿Quiénes eran Justo y Pastor?
Fueron dos hermanos de 7 y 9 años que vivieron en lo que hoy es Alcalá de Henares, antigua región de Compluto, en donde a pocos años posteriores al 300 después de Cristo, el emperador romano Dioclesano emitió la orden de perseguir y matar a todos aquellos que se consideran como cristianos. Esta decisión se vio fundamentada en querer marcar al pueblo bajo las ideologías paganas, en donde se considera como un Dios al emperador, debiéndoles obediencia absoluta y todo lo que ello implica.

Al enterarse las autoridades de lugar donde vivían estos niños, se acercaron a ellos con el objetivo de querer modificar su conducta e ideología, a través de juegos y buenas palabras para convencerlos de que cambiar sus pensamientos era lo correcto y era lo que el propio emperador solicitaba de manera obligatoria. Pero más allá de todas las estrategias que aplicaron, no lo lograron. Su fe ya había sido depositada en aquel que fue el hijo de Dios y que había sido crucificado (costumbre de la época) casi trecientos años antes que ellos nacieran.

Desde el primer momento tuvieron en claro que si no declinaban su fe, perderían sus vidas. Y así fue. Fueron decapitados en el año 304 D.C.
Algunos datos interesantes
La primera imagen que Colón tuvo de ellos, fue un cuadro que representa la escena del martirio y cuya pintura fue el sostén de la fe entre 1867 y 1868 cuando la peste la Cólera azotó a esta población.

La imagen que actualmente corona el centro del retablo principal del templo de la Parroquia de los Santos Justo y Pastor, llegó a Colón en el año 1900, desde Buenos Aires, por gestiones del Pbro. Agustín Derú.

Por otro lado, otro dato que se debe resaltar es el himno a los Santos Justo y Pastor. Su letra fue compuesta por el Pbro. Narciso Goiburu, quien tomando como referencia la melodía de una marcha francesa, escribe una letra acorde a la biografía de los niños mártires y su relación al pueblo de Colón. La misma dice así:

Santos Niños, oíd patronos;
implorad con fervor,
vuestra alta protección.

(Estribillo)
Santos Justo y Pastor,
Al pueblo de Colón;
Libraréis sin secar de mal (bis)

Esclarecidos campeones;
nobles atletas de la Cruz.
Vuestro valor dejo a sayones;
tronchar el cuello por Jesús.

Los dos hermanos en banquillo;
fuertes azotes sufrirán;
Y sus cabezas al cruel cuchillo
a Dios sin miedo se entregarán

El libro de los mártires otorga el día de los Santos Justo y Pastor el 6 de agosto, pero en nuestra comunidad se lo conmemora el 9 ya que es el día en que pasó de Capilla a ser Parroquia, es decir, que hoy, 9 de agosto de 2020, la Parroquia de los Santos Justo y Pastor llega a sus 144 años de vida.
Fuente: El Entre Ríos

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