Tras realizarle al conductor las preguntas de rutina, y antes de permitirle cruzar al país vecino, los inspectores de la Aduana procedieron a fiscalizar la carga y rápidamente empezaron a advertir que lo que transportaba difería de lo había sido registrado.
De acuerdo a la declaración presentada por la empresa, el camión debía estar lleno de productos usados; sin embargo, muchos de estos (incluso, los más llamativos) parecían nuevos. Además, también descubrieron mercadería sin declarar.
Increíblemente, entre los bienes a estrenar que la Aduana descubrió había un sauna para dos personas, una heladera de dos puertas, dos smart TVs de 55 y 75 pulgadas, tres aires acondicionados, un microondas, dos camastros de madera, una cortadora de pasto a nafta, tres estanterías, tres mesas de exterior, seis banquetas, una tina de madera, un asador criollo, una estufa a pellets, un trailer, tres carretillas, un portón de madera de 5 x 2 metros, un sillón para dos personas con forma de automóvil, cuatro sillas de oficina, 15 placas de yeso de 60x60 y hasta una casa infantil de madera, entre otros productos.
Teniendo en cuenta que la declaración difería con la carga, la Aduana labró un acta por declaración inexacta y otras diferencias injustificadas, transgresión contemplada en el artículo 954 del Código Aduanero.
En ese marco, tanto la mercadería en infracción, cuyo valor estimado asciende a $12.665.000, como el camión quedaron secuestrados. Podría caber una multa superior a $60 millones.