Explicó que se estuvo “trabajando con 20 voluntarios de Buenos Aires, que viajamos a Concordia y estuvimos toda la semana ahí”. Señaló que “después se sumó gente de la ciudad que nos dio una mano, algunos pertenecientes a organizaciones y otros voluntarios que se convocaron a través de las redes sociales”.
“Compartimos la semana con las familias del barrio, hicimos talleres, compartimos meriendas, almuerzos”, agregó. El proyecto
Castelaro puntualizó que apuntan a que, durante el año, “realicemos tres visitas más al barrio El Silencio”, buscando “terminar de instalar los termotanques y que queden ya definitivos, en distintas casas”.
Juan rememoró el origen de la iniciativa y comentó que conocieron el barrio durante el año 2011, “por una actividad solidaria de un colegio de Buenos Aires y que, a partir de eso, se pudo conocer la realidad, a la gente y tener un vínculo con las familias”.
“Decidimos como grupo de jóvenes universitarios empezar con emprendimientos solidarios para colaborar, hicimos varias cosas a lo largo del tiempo y desde el año pasado, luego de conversar con la gente que no tiene agua caliente en sus casas, se nos ocurrió esta idea de llevar los termotanques”, remató.