Se negó a hablar con la prensa, lo que sorprendió porque la actitud que demostró hasta ahora había sido muy ecléctica y con mucho diálogo con los periodistas.
Al retirarse, caminó los pocos metros que separan el edificio tribunalicio de su domicilio y si bien se mantuvo callado, aceptó posar para las fotos de los periodistas y fotógrafos en la puerta de la casa.
Su abogado accedió al diálogo con los medios para intentar desviar la atención y el foco del tema, y como suele hacer desde que comenzó la causa intentó confundir a los periodistas y los mandó a investigar.
Vinculó a otras tres personas más a las que no identificó y habló de nuevos delitos surgidos de la nueva indagatoria, pero no dio detalles ni brindó aclaraciones. Volvió a hablar de "pavadas" al referirse a las acusaciones y a quitarle importancia a las ochos denuncias presentadas, reiteró que no hay delito y que su defendido es inocente.