A continuación, entregaron reconocimientos a quienes cumplieron funciones en la institución en los últimos 25 años. Directoras, docentes, ordenanzas y presidentes de la asociación cooperadora fueron de la partida, además de algunos de los más antiguos egresados.
También compartieron sus emocionantes testimonios María Inés Kuttel, Marita Peragallo y María Rosa Putallaz: la primera como alumna y exdocente, la segunda como alumna y exdirectora y la tercera como egresada, que viajó especialmente para el acontecimiento desde Tierra del Fuego.
Al concluir la parte protocolar, el personal actual de la casa se tomó una fotografía sobre el escenario, a la vez que se invitó a recorrer un aula donde se exponían diversos recuerdos de todos los tiempos, entre postales, archivos y una maqueta del edificio completo.
Todo concluyó con la fiesta en el polideportivo municipal, donde se compartió una comida con la animación de los grupos musicales La Quinta Sensación de Villa Elisa y Cazadores de Concepción del Uruguay.
Las actividades enmarcadas en el aniversario fueron declaradas de interés por el Concejo Deliberante local y la Cámara de Diputados de Entre Ríos, mientras que el edificio escolar monumento histórico municipal.
De los colonos a la actualidad
La preocupación de los primeros habitantes por las cosas de la enseñanza comenzó desde los primeros años de la fundación de Villa Elisa.
La primera escuela con que contó la localidad comenzó a funcionar a principios de 1892, bajo la dirección de Emilio Francou, designado como maestro por Héctor de Elía, quien solventó escuelas en todas las colonias que fundó. En esa forma continuó hasta 1904 en que fue oficializada por la Dirección de Enseñanza de Entre Ríos, designándosela bajo la denominación de Escuela Elemental Mixta Villa Elisa. En el mes de abril del mismo año, el entonces inspector de escuelas del Departamento Colón, Amilcar Gaillard, puso en posesión de sus cargos al personal de la nueva escuela.
Hasta 1910 en que se construyó el actual edificio, la institución funcionó en diversos locales particulares, que no reunían ninguna de las condiciones necesarias para el trabajo de una escuela. Lo mismo puede decirse del primer mobiliario y material de enseñanza, pero no faltó entusiasmo ni decisión por parte del personal, ni tampoco la adhesión y buena voluntad del vecindario, para colaborar en su adquisición.
En julio de 1938 se concedió a la escuela la denominación Nº 20 Bernardo Monteagudo, nombre con que en la actualidad -siendo la más antigua de la localidad- sigue formando a las nuevas generaciones en el nivel primario.
