Estuvo casi 2 meses en terapia intensiva, incluso en un momento fue trasladado a Paraná. Por 45 días fue punzado y cuenta que tuvo alucinaciones que no le permitían distinguir en qué lugar se encontraba incluso estuvo en coma. “Yo salí en Octubre. Y cuando vine a casa siempre pensé que estaba en otro lugar. A fines de diciembre recién me fui dando cuenta dónde estaba. Tomaba muchas pastillas, incluso hoy tomo muchas aunque menos” relata. En los momentos de lucidez cuenta que pensaba “Yo tengo que salir de acá”.
Ya en su casa el joven de 34 años relata “Me quedaron secuelas, quedé ciego y tengo la pierna entumecida. Ahora ando en andador lo cual es un avance ya que antes estaba en silla de ruedas”. Hoy en día, Juan Pablo cuenta con un equipo multidisciplinario que lo ayuda en su recuperación. De lunes a lunes tiene kinesiología, también hace gimnasio, aquagym y terapia psicológica.
En relación al apoyo que recibió afirma “Si no hubiese sido por la familia y el equipo médico yo no salía. De esto no se sale solo” resalta. Su estado actual lo llevó a considerar cuestiones que antes no tenía presente “El estado de las veredas, el de la calle, y la obstaculización de las rampas es terrible. Hoy vivo la ciudad de otra manera” enfatiza.
A pesar de sus circunstancias a Juan Pablo se lo nota optimista “Yo estoy en una especie de vacaciones, de a poco voy a ir pudiendo hacer otras cositas más. Me ayudó a reflexionar más y a ordenar ciertas prioridades”, concluye.
