Al determinarse que las lesiones producidas fueron después de producido el fallecimiento, se descarta que haya existido un homicidio.
Se presume que el joven en situación de calle entró a un contenedor de basura en la zona de la Terminal de Ómnibus por voluntad propia, allí se ahogó por broncoaspiración y posteriormente, cuando ya estaba fallecido, su cuerpo sufrió lesiones compatibles con la compresión del camión recolector que luego lo depositaría en el Volcadero.
Hasta el momento no había sido acreditada la identidad de la víctima, pero según trascendidos, se supo que solía deambular por la Terminal de ómnibus de Paraná.