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El exministro del Interior de la Nación, Rogelio Frigerio, brindó una entrevista con el programa Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral).

A un mes para la presentación de listas para las elecciones legislativas y a tres meses para las PASO, Frigerio explicó cómo viene su campaña y señaló la posibilidad de conformar un frente amplio con dirigentes opositores.

Asimismo, habló del “estancamiento” de la provincia por “malas políticas” en los últimos 20 años y criticó al gobierno por las “malas decisiones” en materia de salud y economía durante la pandemia.

A continuación, la entrevista completa:

—¿Cómo van las negociaciones con la UCR para su candidatura a diputado nacional de Cambiemos? ¿Se llega a un acuerdo o irá a elecciones internas?

—Las PASO no son para dirimir qué partido político tiene preeminencia en una elección. Son para que la gente elija qué persona dentro de la coalición representa mejor al espacio y está en mejores condiciones de confrontar con el adversario político. El radicalismo es el partido más importante de la coalición.

—Usted hizo un acuerdo con Benedetti. No se conocen otros acuerdos.

—Acuerdos no hicimos con nadie. Lo que nosotros hicimos fue tener muchos diálogos y conversaciones. Esto en general se resuelve al final del camino y tampoco es lo más importante, no estoy todo el día pensando en eso, y entiendo que tampoco a la gente le importa demasiado los acuerdos de políticos, tienen otras preocupaciones mucho más serias en este momento.

—El intendente de Chajarí, Galimberti, y el de Crespo, salieron a decir que quieren ser candidatos; el de Moine, Luis Leissa y Emilio Martínez Garbino, ¿cuánto avanzaron con ellos? Porque dijeron que si no llegan a un acuerdo van en una tercera lista.

—Yo creo que hay grandes posibilidades de que podamos armar un frente muy amplio, generoso, donde confluyamos todos detrás de un plan, de un programa de desarrollo, sobre todo de cara a lo que se viene en la provincia, que es un proceso de transformación. Ahora tenemos una instancia muy importante, que es la elección de medio término donde se juegan básicamente una parte significativa de la salud de la democracia, porque el oficialismo tiene casi mayoría absoluta en el senado, está a cinco o siete votos de conseguir la mayoría en la Cámara de Diputados. Nosotros tenemos una responsabilidad institucional de hacer todo lo posible para ganar esta elección y los tres diputados que hoy ponemos en juego, los sostengamos. Hay que poner el cuerpo y toda la carne en el asador y lo vamos a hacer, y vamos a sostener la unidad porque creo que es una condición necesaria para armar lo que se va a venir en Entre Ríos. Quiénes son los candidatos es lo menos importante y es lo que se va a definir al final, si no estaríamos poniendo el carro adelante del caballo. Yo celebro que hay distintos dirigentes en este gran espacio, que tengan aspiraciones y ganas de presentarse a una primaria y que la gente sea la que decida quién está mejor preparado para liderar este proyecto.

—¿Cómo es su relación con Alfredo De Ángeli hoy por hoy?

—La semana pasada estuve en Gualeguaychú y pasé a visitarlo por la casa. Yo creo que todos tenemos que estar en la calle, todos los dirigentes que están en este espacio tienen la responsabilidad de poner el cuerpo, y de explicarle a la ciudadanía lo importante que es para la salud de la democracia esta elección para lograr equilibrar los poderes, los números en el Congreso nacional.

—¿Cuánto sabe de la realidad económica del Estado entrerriano?

—Estoy permanentemente estudiando los problemas de la provincia, conociéndolos y pensando en soluciones para dejar de repetir como venimos haciendo por lo menos los últimos 30 años, los mismos problemas. La provincia es igual que el país, siempre repetimos los mismos problemas. Lo cual hace que estemos estancados. La provincia está estancada desde hace muchos años y eso tiene solución. Hay que encontrar esa solución, y armar un gran frente político que pueda después defender ese plan de desarrollo que estamos elaborando.

—Se estima que cuando finalice el gobierno de Bordet quedarán unos 600 millones de dólares de deuda del Estado, siempre y cuando se abonen los 86 millones que vencen en 2023. A fin de ese año la Caja de Jubilaciones quedaría con un déficit de 240 millones de dólares. ¿Qué salidas piensa para todo esto?

—Ninguna salida fácil. Son problemas que se arrastran desde hace mucho tiempo. El déficit de la Caja explica gran parte del déficit de las cuentas públicas provinciales, pero siempre hay una solución. A partir de entender que tenemos que desarrollar más la provincia, que generar más empleo, crear más riqueza, ser un Estado que se asocie al emprendedor, al productor, a la Pyme y no ser un Estado que permanentemente pone palos en la rueda a cualquier proyecto de crecimiento en el sector privado, tenemos un futuro. Yo soy de los que creen que esta provincia tiene un enorme potencial, que las malas políticas públicas todavía no nos han destruido, de eso tenemos que agarrarnos en Entre Ríos para entender que hay una luz al final del camino. Estoy convencido de que a pesar de que tenemos estos problemas, esta deuda tan pesada con un vencimiento que le calza a medida al próximo gobernador y un problema de la Caja que hasta ahora se ha venido pateando para adelante, yo creo que la provincia tiene un futuro y estoy convencido de que los entrerrianos no estamos condenados a vivir de esta manera. No hay ninguna razón objetiva que explique lo que nos pasa porque esta provincia es un vergel, cualquiera que conozca a esta provincia sabe que es empobrecida pero rica. Y que necesariamente tenemos que construir algo distinto. Yo estoy trabajando en ese proyecto.

—¿Cómo se financia su campaña política?

—Yo no soy funcionario público, ni siquiera tengo cargos partidarios. Yo soy el autor, el impulsor de la Ley de financiamiento de la política en Argentina, una Ley que sacamos en 2019. Así que siendo yo el redactor de esa Ley la respeto a rajatabla. Nosotros nos vamos a financiar en la campaña con aportes de contribuyentes, de los que quieran aportar con los límites que impone la Ley, y todo blanco y transparente de cara a la sociedad. Obviamente nos enfrentamos a un aparato muy grande, no manejamos el gobierno nacional, el provincial ni de los municipios más poblados de esta provincia. Pero entendemos que más allá de eso y del financiamiento, lo que yo percibo cuando camino Entre Ríos es que la gente está preparada de alguna manera para enfrentar un desafío de algo distinto, después de 20 años de un gobierno de un mismo signo político que claramente no ha dado respuestas a los problemas. Y además percibo una gran frustración respecto de lo que está planteando el gobierno nacional, así que la condiciones están dadas para aspirar a otra cosa. Tenemos que estar preparados y asegurar a la gente que si elige una cosa distinta nosotros estamos preparados, estudiamos, nos preparamos, conformamos un espacio amplio, plural y con volumen político para llevar un plan de desarrollo efectivamente adelante. Y a eso lo siento en la calle, siento que la gente percibe que hoy se puede apostar por otra cosa.

—¿Pero va a ser una campaña en un marco de austeridad o vamos a ver un despliegue? porque se empezaron a ver gigantografías de Rogelio Frigerio en la provincia.

—No las vi, no han sido promovidas por nosotros. La campaña empieza dentro de un mes, y nosotros vamos a rendir cuentas ante la justicia electoral de todo lo que gastemos y todos los aportes que tengamos. Insisto, vamos a confrontar con un poder estatal muy importante pero creo que igual tenemos chances porque principalmente porque entiendo que los entrerrianos en general están queriendo otra cosa.

—¿Qué pasa cuando desde el oficialismo dicen “de qué nos va a hablar Frigerio si no es entrerriano”?

—Yo no sé quién tiene el entrerrianómetro, quién es el que define quién es más entrerriano. Yo no tuve responsabilidades en la provincia en estos 20 años de gestión del oficialismo y sin embargo siento también más por omisión que por acción que tengo alguna responsabilidad en lo que le pasa a la provincia porque claramente no he podido en muchos años de hacer política en la provincia generar una alternativa que para la gente sea creíble, que pueda apostar a algo distinto. Y estoy trabajando en revertir eso, en construir una alternativa en la que la gente pueda depositar la confianza de que hay un futuro distinto. Y yo trabajo para eso, si voy a ponerme a responder todas las acusaciones personales, creo que la gente también está cansada de los políticos que se pasan facturas, que hablan de otros políticos, y no de los problemas de la gente. A mí nunca me vas a escuchar hablar de otro político, pero si es para debatir cómo sacamos esta provincia adelante ahí estoy. Para denostar y echar culpas no cuenten conmigo.

—Pero usted no solo tiene historia política pese a su juventud, detrás de su padre y de su abuelo importante. ¿No le sorprendieron las críticas de Enrique Cresto o de Adán Bahl?

—Yo tengo muy buena relación con Cresto, pudimos hacer muchísimas obras, más que en ningún otro período de la historia en Concordia, porque entre otras cosas pudimos trabajar en equipo con el gobernador y con el intendente. Lo he admitido siempre y me parece que corresponde hacerlo, sin tener la ayuda del gobernador y del intendente probablemente no hubiéramos podido llevar adelante tantas obras desde el gobierno nacional, en Concordia y en otros puntos de la provincia, no voy a cambiar mi forma de pensar por las elecciones. No me parece correcto, no forma parte de mis códigos ni de mi forma de ser. Y voy a asumir la responsabilidad que me toca, no voy a echar culpas. Todos somos corresponsables de alguna manera de lo que nos está pasando, de los que no llegan a fin de mes, de que es imposible conseguir un empleo de calidad, en blanco, con buen salario. Todos somos responsables de que casi el 50% de los jóvenes entrerrianos no terminen la escuela secundaria, que para mí es el principal problema que hipoteca el futuro de Entre Ríos. Por supuesto que no es la misma responsabilidad, no todos hemos gobernado los últimos 20 años la provincia, o formado parte de un gobierno nacional que casi ocupó las dos terceras partes mínimo del tiempo en el gobierno desde la recuperación de la democracia hasta acá, no todos nos hemos llenado los bolsillos mientras el pueblo se empobrecía. Pero por acción u omisión yo asumo que todos tenemos una cuota de responsabilidad y no voy a perder un segundo de mi tiempo pasando facturas porque creo que estaríamos haciendo un flaco favor a la gente que nos quiere ver concentrados en los problemas de todos los días: llegar a fin de mes, el empleo, el narcotráfico, la educación. No estamos preparando a nuestros jóvenes para el desafío del trabajo en el siglo XXI, cómo hacemos para que los chicos vuelvan a la escuela. Esos son los problemas.

—¿Qué mirada tiene de la Justicia en Entre Ríos? ¿Cuánto conoce de su realidad y qué le preocupa?

—Me preocupa lo que le preocupa en general a todos los vecinos de esta provincia, una justicia que llega en general tarde y entra las generales de la ley de todos los poderes del estado que no funcionan: no funcionan la Justicia, el Poder Ejecutivo y el Legislativo. La transformación de la provincia abarca a todos los problemas del Estado, tienen que explicar por qué el Poder Legislativo tiene el presupuesto que tiene, más allá que deben enfrentar los problemas en la Justicia por los contratos truchos, la gente tiene que entender que esos miles de millones de pesos que se gastan por año en un poder del estado tiene una contraparte, es decir que algo vuelve a la gente concretamente. 1200 millones de pesos por año por cámara.

—¿Conoce la causa de los contratos legislativos en la provincia donde se desviaron más de 38 millones de dólares entre 2008 y 2018?

—La sigo obviamente con muchísima preocupación y sorpresa de que se manejen esa cantidad de recursos sin control y espero que la Justicia rápidamente haga su trabajo y encuentre a los responsables, caiga quien caiga. Eso es plata de la gente que no fue a las escuelas, a los hospitales, y terminó en lo bolsillos de unos irresponsables, unos delincuentes, que la Justicia tiene que encontrar y obviamente tiene que castigar.

—En la situación económica del país ¿hacia dónde vamos con esta realidad social, con el endeudamiento que existe y la inflación que sigue creciendo?

—Yo creo que ni el gobierno sabe a dónde vamos, creo que ese es un grandísimo problema, no hay plan, hay una enorme improvisación y hay un gobierno que gestiona muy mal, porque tiene loteados los ministerios de manera horizontal porque le han dado un ministerio a cada línea interna del oficialismo, de manera vertical también porque el secretario no responde al ministro, el subsecretario no responde al secretario, es decir, es muy difícil gestionar de esa manear y eso es lo que genera tanta decepción en la gente, me parece que hay una gran sensación de frustración y decepción por el accionar del gobierno.

—¿Usted le ve salida a la profundización de la grieta?

—Es muy difícil porque la grieta va más allá de un enfrentamiento entre el oficialismo y la oposición, porque es imprescindible para la Argentina superar la grieta. Es una restricción operativa para el desarrollo nacional. Lo mismo cabe para la provincia. Lo mínimo que podemos hacer los que creemos que tenemos responsabilidad en la vida pública nacional y provincial es tener puentes, acercar posiciones, intentar ponernos de acuerdo en cosas básicas, porque lo que hay que hacer en la Argentina y en la provincia de Entre Ríos, no tiene que ve con la ideología, sino con el sentido común, para que nuestros jóvenes y nuestros niños dejen de revolver la basura, no tenemos que discutir ideología, sino poner sobre la mesa sentido común. Tenemos que hacer todos esos esfuerzos para llegar a esos acuerdos. Y el acuerdo no tiene que ser por el 100%, nuca lo va a ser, pero los países que lograron superar momentos dramáticos generaron acuerdos y consensos básicos en una masa crítica significativa de la sociedad y de la dirigencia política, y creo que la Argentina tiene que poder aspirar a eso.

—¿Qué le pasa cuando recorre la provincia y los vecinos le reclaman lo que fue la gestión de Macri y su lugar de ministro en el gabinete?

—Yo era ministro del Interior y Obras Públicas y de manera personal puedo dar explicaciones de lo que hice y me siento orgulloso de la tarea que hicimos con mi equipo. Por supuesto soy consciente que nuestro gobierno no estuvo a la altura de las expectativas enormes que se habían generado, sobre todo en el plano económico. Esos problemas que la Argentina viene repitiendo los últimos 50 años, la inflación, la incapacidad de crecer, la incapacidad de generar empleo de calidad, en nuestros cuatro de gestión tampoco los pudimos resolver. Eso hay que aceptarlo, admitirlo y aprender de esos errores para recuperar la confianza que se perdió de parte de la sociedad. En otras cosas mucha gente cree que la orientación del gobierno era adecuada, que se vivieron libertades con las que no convivimos ni antes ni ahora, hay gente que cree que la inserción de la Argentina en el mundo en ese período era la inteligente, la que tenía que ver con lo intereses nacionales, que lo que se hizo con lograr el autoabastecimiento energético es el camino, pero por supuesto hay que reconocer que hay muchas cosas que nos propusimos que no s lograron, como no se lograron hace 50 años. Creo que en gran medida no se lograron porque faltó ese gran acuerdo nacional que vengo proponiendo incluso desde adentro del gobierno cuando era funcionario.

—¿Habla con Macri?

—Hace varios mese que no hablo, también es cierto que no tengo ningún cargo público ni partidario.

—¿No es la misma relación de antes?

—Antes yo era ministro del gobierno y lo veía casi todos los días, pero teníamos un vínculo de presidente a ministro, no lo veía socialmente.

—Por un lado se denunció las vinculaciones de gente de la Justicia con el macrismo, algunos medios revelaron las reuniones reservadas que tenían en la Casa Rosada, en Olivos ¿cómo siguió ese tema?

—No conocía si eso existió y creo que la Justicia tiene que investigar estas acusaciones que ponen en tela de juicio, algo tan trascendental para la República como es la división de poderes, lo tenemos que investigar, quiero que la justicia investigue y despeje cualquier duda que exista.

—¿Le abrieron alguna causa por el tema del espionaje en Migraciones?

—No, nunca.

—Pero acá hubo gente que dijo que lo iba a denunciar e incluso el gobernador y la vicegobernadora, indicaron que se iban a constituir como querellantes.

—Yo me constituí como querellante porque aparecí supuestamente por lo que leí en la prensa, espiado, fue un tema del que se habló en Entre Ríos nada más.

—¿Cómo siguió el trabajo de la Nación respecto al Covid, vacunas, cómo se manejó el gobierno?

—Yo fui extremadamente prudente el año pasado en opinar y en criticar la acción del gobierno enfrentando una pandemia inédita en la historia de la humanidad. No era algo que sabíamos cómo manejar, cómo tratar, y yo creo que al gobierno había que darle apoyo y tiempo para que pudiera resolver esta cuestión a la que tuvo que enfrentarse. Un año y medio después los resultados no son buenos. Argentina está entre los diez países con más contagiados y entre los 12 países con más muertos, y además fue uno de los países que más cerró su economía, que más puestos de trabajo se destruyeron, donde el producto bruto más cayó, con lo cual esa discusión que se planteaba al principio entre salud y economía al final se saldó de la manera: mal desde la salud y pésimamente mal desde la economía, y eso fue porque se tomaron malas decisiones. En consecuencia, lo mínimo que espero del gobierno en una cosa tan clara en términos de la evidencia empírica de que esto se manejó mal fue aprender de los errores. Hasta ahora no lo veo al gobierno ni siquiera aceptando que se equivocó.

—También el gobierno nacional y los provinciales y municipales tuvieron que aprender a afrontar esta situación.

—Por eso dije que durante un año no opiné del tema. Hoy habiendo pasado casi un año y medio de la irrupción de la pandemia hay que reconocer que los resultados para la Argentina no son buenos. Tenemos una economía destrozada y muchos muertos y muchísimos contagiados. En consecuencia tenemos que ver lo que pasó, porque probablemente esto no termine acá. Entonces es muy importante que aprendamos qué se hizo mal para no repetirlo en el futuro. No estoy planteando este tema desde el punto de vista electoral, no se puede hacer política con este tema, porque acá hay gente que se murió por, entre otras cosas, malas decisiones. Pero claramente sí como ciudadano exijo que un gobierno que tomó malas decisiones revea ese funcionamiento y lo corrija para el futuro.
Fuente: Cuestión de Fondo - Análisis

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