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El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) confirmó este jueves, a través del Índice de Precios al Consumidor (IPC), que la inflación para enero fue de 1,8% con relación al mes anterior. Este dato, que el organismo anticipó al Banco Central, fue clave al momento de definir qué hacer con la tasa de interés.

Los aumentos en alimentos, tarifas y combustibles empujaron el IPC hasta el techo de las estimaciones privadas, que oscilaban entre 1,7% y 1,8%. En la comparación interanual, la inflación se mantiene en 25%, unas décimas encima de lo que acumuló en todo 2017.

Los factores estacionales también aportaron lo suyo a la inflación, sobre todo por las vacaciones. Rubros como recreación y cultura (+3,5%), restaurantes y hoteles (+2,9%) encabezaron los aumentos de precios. Un poco más atrás se ubicaron bebidas alcohólicas y tabaco (+2,3%), transporte (+2,2%), y alimentos y bebidas no alcohólicas (+2,1%).

En este sentido, no fue sorpresa que por impacto de los ajustes tarifarios los precios de los bienes hayan subido menos que los de los servicios. Los primeros registraron un 1,6% de aumento y los servicios crecieron 2,1%, con respecto a diciembre.

Por otro lado, el INDEC publicó también este jueves el Índice de Precios Mayoristas (IPIM). Según este documento, se registró una suba del 4,6% con respecto a diciembre. Los precios de los productos nacionales subieron 4,4% y los de los importados un 7,1%
Banco Central y la reducción de las tasas de interés
Federico Sturzenegger, el presidente del Banco Central, prefiere analizar la inflación núcleo para evaluar la política de contención de precios, que excluye las subas de los regulados. En enero, esta fue de 1,5% contra diciembre y trepó 21,1% en 12 meses. Un nivel que se mantiene elevado en función del objetivo del Gobierno de no superar el 15% de inflación este año.

Los resultados del INDEC ayudan a entender mejor por qué el Banco Central interrumpió la secuencia de reducción de la tasa de interés que había iniciado en enero último. Sturzenegger conocía de antemano el dato que ayer divulgó el ente que comanda Jorge Todesca, quien hace un par de semanas reconoció en público que había funcionarios del Gobierno que reciben anticipadamente los informes estadísticos que son relevantes para su gestión.

Aunque los funcionarios del Gabinete económico comparan los datos actuales con los de 2017, lo cierto es que la desaceleración de la inflación contra el año pasado no avanza al ritmo necesario para cumplir la meta 2018 autoimpuesta por el Gobierno y que fue ampliada del 10% al 15% en diciembre pasado.

Los analistas privados ven la inflación anual más cerca de 20% que de 15%. Y también el BCRA, que prefirió dejar la tasa en 27,25% desoyendo los deseos del ala política que pretende reanimar la anestesiada recuperación económica antes que el malhumor social gane más espacio.

La apuesta oficial es que los mayores aumentos de tarifas se concentren en el primer trimestre y que la inflación de este período no supere el 5%. Una aspiración por ambiciosa pero realista.
Fuente: Ámbito

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