En la UP N°1 se dictan cursos y varios talleres propios (carpintería y herrería, entre ellos). También hay una escuela de nivel primario y secundario y carreras universitarias dictadas por la UADER.
"Hace seis meses el Ministerio de Desarrollo Social nos aprobó un microemprendimiento y pusimos el taller, en el que quince personas realizamos carpintería, juguetes, mates, portatermos, mimbrería, muebles para oficina. Lo que nos piden, hacemos", comenta el interno.
Cristian considera que aprender un oficio es muy importante para la reinserción social. "Al estar ahí ya estamos cumpliendo con la justicia, pero queremos ayudar a la sociedad –que vemos que está peor de lo que estamos acá adentro- y salir con capacidad de trabajo", dice Cristian, quien en tres años recuperaría su libertad.
Agrega que "todos los internos tienen la posibilidad de estudiar, hacer cursos y capacitarse para trabajar en el taller" y que "son bastantes lo que eligen hacerlo, pero son pocos los cursos y hay superpoblación en la unidad; tiene capacidad para 350 internos y hay 685".
Para finalizar, Salinas quiere resaltar "el apoyo que recibimos del Servicio Penitenciario, desde su director, José Mondragón. Nos acompañan en todo sentido".
