De joven el papa Francisco trabajó como buttafuori, literalmente saca-afuera, es decir custodio de un boliche o de un bar, encargado de echar a los que se pasan de copas, de ahí lo de sacar afuera. Lamentablemente, el Papa no dio más precisiones acerca de dónde desempeñó esa tarea.
Jorge Bergoglio visitó la Iglesia de San Cirillo Alessandrino en un suburbio de Roma y allí contó anécdotas de su vida en respuesta a preguntas que le hicieron los parroquianos. En su juventud, limpió pisos e hizo experimentos en un laboratorio químico, según CatholicNews.
También dijo a los fieles que no sólo se debe ser bueno sino también un ejemplo para los demás. Y que además de rezar, no se debe hablar mal de los demás. Hay que evitar el chisme y la maledicencia que destruye las amistades y las relaciones, agregó, volviendo a un tema recurrente en su prédica; tal vez porque fue él mismo víctima de la calumnia en su tierra.
También les pidió que rezaran por los sacerdotes que a veces pueden enojarse, pero deben encontrar la fuerza para seguir por el camino de la bondad y la paciencia y estar cerca de los demás.
La visita papal a la parroquia San Cirillo Alessandrino duró 4 horas durante las cuales el Papa saludó a las familias y a los niños que se preparan para la primera comunión, ofició la misa, confesó a varias personas y luego mantuvo una charla informal con los asistentes.
El estilo que Francisco despliega en estas visitas y el largo tiempo que les dedica reafirman su vocación, expresada en el inicio de su papado, de ser efectivamente el vicario de Roma, que es el cargo para el cual fue electo y por el cual es Papa. De paso, vuelve a latarea pastoral -confesión incluida- que tanto le gusta y muestra, con el ejemplo concreto, aquello que espera de los sacerdotes: que estén cerca de la gente, en una Iglesia madre, de puertas abiertas.
