El arquitecto a cargo de la obra, Gabriel Dantas y los responsables de la empresa constructora, Rafael y Oscar Acosta, fueron los primeros en dirigirse a los presentes.
El Padre Juan Esteban Rougier tuvo a su cargo la bendición, y se escucharon las palabras entrecortadas por la emoción de los empresarios Abel y María Bonnin, quienes recibieron una llave simbólica de las instalaciones de manos de los constructores, para realizar luego el tradicional corte de cintas.