El inevitable sinceramiento de la discusión se da luego de desconexiones abismales entre el Gobierno y el propio oficialismo. Por caso, un panorama más que preciso fue dado al Ejecutivo en la previa del inicio del debate en el Senado, gracias al trabajo discreto de colaboradores cercanos de la vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel, hoy ofuscada por el devenir en cuanto al tratamiento de los temas.
La Casa Rosada obvió ese informe y destiló una confianza innecesaria que expuso a sus propios alfiles, como ocurrió desde el martes pasado con funcionarios como el ministro del Interior, Guillermo Francos. La tan anunciada firma de dictámenes sin cambios, o con disidencias parciales, chocó con las preguntas de senadoras como Guadalupe Tagliaferri, que rompió el cerco libertario y logró que le reconocieran que la redacción de un artículo que activaría una contradicción en el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) era “poco feliz”. “Antes de arrancar, tendrían que haber ido a cada jefe de bloque a preguntar quiénes quieren cambios y, luego, qué buscan modificar. ¿Cómo vas a agitar la firma de dictámenes? Si no tenés 37 tipos cerrados, no podés hacer nunca eso. Ellos mismos se pusieron el límite. Más allá de las buenas intenciones, si tenés una gestión escuálida desde Casa Rosada y no das poder de decisión a sus senadores o a sus autoridades, siempre se les hará difícil. No olvidemos que tienen siete legisladores de 72″, expresó un experimentado asesor a Infobae, como se contó el fin de semana último en este medio.
La estrategia que La Libertad Avanza intenta desplegar ahora incluiría también contactos sigilosos del asesor premium del Gobierno, Santiago Caputo, con senadores considerados “aceitosos” para resolver otro tipo de conflictos. Mientras tanto, la discusión continuaría con más exposiciones mañana y el miércoles se espera el demorado primer informe de gestión del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, en el recinto de la Cámara alta, para cumplir con lo que dicta la Constitución.
A pesar de las señales, otros legisladores de la oposición dialoguista aún no fueron notificados sobre una eventual reunión con Rolandi y esperan el llamado, y aún hay desconfianza por la jugada. En tanto, los silvestres provinciales se mantienen en línea con gobernadores para instrucciones finales. Junto al RIGI aparece la delicada reinstauración de Ganancias, que quieren casi todos los mandatarios provinciales ante el ahogo fiscal, pero que muchas de sus terminales parlamentarias no votarán.
Otros ítems con lupa opositora se enfocan en las facultades delegadas de las emergencias solicitadas, el área previsional y la desactivación de moratoria, dudas por cuestiones legales relacionadas con el blanqueo -picardías por doquier- y varias sugerencias para que Bienes Personales contemple algún guiño al plano local por sobre el del exterior.