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Mediante la sección Tribuna Abierta de El Entre Ríos, Carlos Gabriel Rodríguez dio a conocer una situación suscitada en la organización de la edición 2019 del evento nacional.
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Según la directora del Instituto Municipal de Artesanía (IMA), este año soy ajeno al interés municipal pese a ser colonense y contratar a todos los proveedores de bienes y servicios en Colón. Este año, como lo vinimos haciendo desde 2010 hasta 2017, junto con mis hermanos, me presenté a concursar al puesto de cantinas de la Fiesta Nacional de la Artesanía, quedando en primer lugar por ser la mejor la oferta realizada, distando del último oferente en más de un 30% que ofreció $1.- por sobre el mínimo establecido en el pliego.

No habiéndose objetado al momento de la licitación mi oferta y al haber cumplimentado todos los requisitos que establece el pliego y al no tener ninguna deuda de años anteriores con el IMA, di por sentado el otorgamiento. Grande fue mi conmoción y desaliento a dos semanas del inicio, cuando ya había dado la palabra al personal que nos acompañó años anteriores, que el puesto no me fue concedido por razones de interés municipal, “por no tener radicado el domicilio en Colón”.

Ante semejante objeción, lo primero que hice fue consultar las ordenanzas para ver si no cumplimentaba alguna de ellas. En ese momento me entero que las ordenanzas (públicas) municipales no están a libre disposición, como es el caso de otros municipios, que hay que solicitarlas vía nota al presidente municipal para su consulta. Teniendo en cuenta que son las leyes que nos gobiernan, creo deberían ser de público acceso a través de la página institucional o estar a disposición en el organismo cuando alguien las requiera.

Una vez saltado ese inútil escollo, dilatador de tiempo, las leí detenidamente y, para mi asombro, datan del 2007 y nunca se implementaron para la contratación en los puestos de la fiesta. Por otro, lado en las mismas hay varios artículos no tomados en cuenta, no sé si por desconocimiento, arbitrariedad o mala voluntad, por lo que presenté una impugnación a dicho otorgamiento. Como no tengo nada que ocultar y me manejo con honestidad en todos los órdenes de la vida, presenté la impugnación por mesa de entrada y además informé a través de mis hermanos personalmente a la responsable de la toma de decisión, Laura Palazzo, cada una de las condiciones legales incumplidas mediante la decisión arbitraria, sospechosa y mal infundada, carente de todo sustento administrativo legal por el cual el municipio y por ende el pueblo colonense deja de percibir una diferencia importante de ingresos por el mal otorgamiento del concurso de precios.

Me pregunto si para la cantina se aplica este criterio, para los demás puestos como micro emprendimientos, quioscos etc. ¿no correspondería hacer lo mismo? Ya que hay adjudicados de otras localidades y provincias... ¿en estos puestos no prima el interés municipal? Me cuestiono estas irregularidades detectadas en este concurso. ¿A qué se deben? ¿Por qué este año? ¿Por qué sólo hacia cantinas? ¿Por qué hay trabas al acceso a las ordenanzas? En definitiva ¿qué es el interés municipal que prima por sobre la mejor oferta de licitación y el susodicho interés es legal o político?

Hoy estoy a la espera, al igual que todos los colonenses amigos que durante años trabajaron en un ambiente de compañerismo en la cantina, de la decisión que tome la directora del IMA, la que espero sea en línea concordante con la reglamentación municipal.
En unos días les comento cómo sigue la cuestión, al menos para que se conozca la forma de proceder de quienes tienen en sus manos el interés de los colonenses.

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