Se trata de aparatos de última generación, que estaban destinados a la jefatura central de la fuerza entrerriana. Tras su desaparición, se investiga qué pasó con ellos, aunque la Justicia cuenta con algunos indicios para avanzar en la responsabilidad de lo ocurrido.
La faltante esta centena de celulares se detectó en marzo, aunque recién trascendió esta semana. Según se indicó, los 120 aparatos fueron adquiridos en comodato y, algunos de ellos, habrían sido encontrados en manos de familiares de funcionarios policiales.
A raíz de la faltante, el 26 de marzo el jefe de Operaciones de la Policía, Gustavo Schierloh, radicó la denuncia que actualmente se sustanció en la causa que investiga la fiscalía.