Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
Monseñor Lugones, en Paraná (Entre Ríos Ahora).
Monseñor Lugones, en Paraná (Entre Ríos Ahora).
Monseñor Lugones, en Paraná (Entre Ríos Ahora).
“En el país asistimos a una nueva crisis económica y social, con severo aumento de indigencia, pobreza y desocupación, que afecta a los más vulnerables”, dijo Jorge Lugones, titular de Pastoral Social del Episcopado Argentino, este sábado en Paraná.

Lugones se manifestó contra las políticas “neoliberales” y reclamó “políticas eficaces que promuevan el principio de la fraternidad humanista, asegurando a las personas el acceso a los bienes de modo que todos tengan la oportunidad de desarrollarse plenamente”.
Jornada “por una economía con rostro humano”
El religioso abrió este sábado en Paraná, en el Centro Provincial de Convenciones, la segunda jornada del encuentro “Repensando la economía. Por una economía con rostro humano”, que convocó la Pastoral Social. Lugones encabezó el panel “La Patria Grande y el desafío de un nuevo pacto económico para la fraternidad”, basado en la encíclia Laudato Si (Alabado Seas), del Papa Francisco, un documento vaticano con fuerte acento en la ecología y el cuidado del medioambiente.

Lugones se apoyó en la “crisis económica que ataca a la región latinoamericana, crisis que es ambiental y social”, en cuyo marco “se da el debate por la producción y el trabajo en medio de un cambio de paradigma de tipo tecnocrático”.

“Laudato Si propone el camino a la vida digna, y el paradigma relacional”, señaló durante la conferencia que dictó en el Centro Provincial de Convenciones.

“Laudato Si (alabado seas) promueve un modo de organización ecológica antes que económica. Que todo se perciba como conectado. Un modo de organización de los pueblos a partir de ellos mismos en torno a la vida digna antes que al lucro que lleva a los seres humanos al descarte”, subrayó.
Un futuro común para los pueblos latinos
Planteó, en ese sentido, que “cuando la comunidad está organizada por modos económicos desconectados, todo un sistema entra en crisis. No solo ambiental, sino también social. Por eso es necesario pensar un futuro común para los pueblos latinoamericanos, en condiciones sociales y ambientales dignas, que garantice la vida digna para todos y todas. Esto supone repensar la economía como modo de organización ecológica, es decir conectado a lo social a lo ambiental y regionalmente”.

Sobre ese punto resaltó, en más de un pasaje de su disertación, los planteos hechos por el papa Francisco en torno a la economía social, el cambio en las reglas de mercado y la preocupación creciente por los daños al medioambiente, en particular tras la convocatoria al Sinodo de la Amazonía.

Lugones hizo hincapié en la necesidad de una “conversión del actual ecosistema en torno al clamor de los pobres. Francisco nos habla de una conversión urgente. Los pueblos latinoamericanos tienen la capacidad cultural para lograrlo mediante la organización de sus recursos. Hoy, las riquezas naturales de nuestro continente, como el cuidado de la memoria de sus derechos y conquistas sociales, están hoy amenazados por un sistema basado en la insensibilidad humana y la depredación de la naturaleza”.

Pero aclaró que “la conversión debe ser real y no ideal, considerando los pueblos y sus culturas”.

Instó a la “unidad en la diferencia” entre los países latinoamericanos que conforman “la Patria Grande”. En ese sentido, planteó: “Tenemos el desafío de mostrar al mundo que esa unidad en la diferencia puede hacerse realidad”, en clara referencia a “la Patria Grande, nuestra América Latina”.
La necesidad de una “economía social”
“Argentina tiene una larga y eficaz experiencia en el diálogo social como modo de organización, sentando a todas las partes, capital y trabajo. La capacidad histórica de reacción ante la injusticia social tanto como la capacidad de generar acuerdos para garantizar condiciones sociales de una vida digna son parte de nuestro patrimonio, y una contribución que podemos hacer al resto de los países latinoamericanos”.

La Encíclica papal Laudato Si, agregó, es “un planteo ecológico, que siempre es social”. Y recordó lo que ocurre ahora a nivel planetario: jóvenes de todas partes, con Greta Thunberg a la cabeza, haciendo una denuncia contra “un modelo económico que persigue la ganancia sobre la base de la destrucción”.

“Pensar una economía social implica pensar el futuro del trabajo y de la casa común, porque ambas cosas están conectadas”, aseguró y parafraseó al Papa Francisco al sostener que “los movimientos sociales son los nuevos sujetos que Francisco identifica como protagonistas de un cambio que comienza a pensarse desde hace mucho tiempo”.

“La idea de la Patria Grande se instala de manera renovada por la participación de las organizaciones populares y colectivos de trabajadores en los espacios públicos, gracias al reconocimiento que Francisco ha hecho de ellos. Lo que no se pudo conseguir con acuerdos entre gobiernos parece ir encaminándose en la organización de los pueblos desde la base, en torno a una economía popular, social y solidaria, que no solo produce los recursos para la mera supervivencia, sino que piensa nuevos modos de organización del sector empresarial para promover el trabajo inclusivo no solo productivo”, aseveró.

“Francisco hace un reconocimiento a estos clamores por tierra techo y trabajo, estos nuevos modos de asociación que están tomando forma y credibilidad”, apuntó el sacerdote y dijo que “el Papa reconoce las organizaciones de trabajadores empleados y desempleados, de la economía formal e informal. Luego de escucharlos en tres encuentros de movimientos sociales, convocó a un Sínodo de la Amazonía para cambiar el rumbo de la cultura del descarte en Latinoamérica”.

Dijo Lugones que ese Sinodo se constituirá en “llamado para poder visibilizar la crisis social y ambiental que deja de ser considerada un problema local y gubernamental. Al hablar de amazonia como ecosistema, y plantear la crisis como consecuencia de vida planetario, sustentado por paradigma de capital especulativo financiero, que beneficia a unos pocos y amenaza a muchos con la muerte, nos está hablando de una atención global”.

Reclamó, finalmente, “un pacto social y político que nos comprometa a todos para lograr una economía con rostro humano. Repensar la economía supone poner en marcha esa conversión ecológica integral, que tengan en el horizonte el sueño de la Patria Grande”.
Fuente: Entre Ríos Ahora.

Enviá tu comentario