“El CONICET tiene mucha interacción con las universidades nacionales. El año pasado llegamos a 150 personas del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), que trabajan en el territorio entrerriano sobre temáticas nuestras”, señaló Gentiletti, quién además detalló que, hace poco más de diez años, la provincia de Entre Ríos, contaba con los índices más bajos del país, en cuanto a la presencia de personal científico capacitado, per cápita. En base a esta situación se decidió articular, en el año 2012, un convenio entre el CONICET y las universidades nacionales, para lograr una mayor radicación de investigadores en Entre Ríos, con lo cual se logró que en la actualidad, la mayoría de ellos trabajen al servicio de distintas investigaciones propias del territorio entrerriano. Hoy constituyen los institutos de Bioingeniería y Bioinformatica, el Instituto de Estudios Sociales, y en Gualeguaychú y Concordia, conforman el Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
Respecto al debate originado, frente a la privatización de la actividad científica y tecnológica, Gentiletti cuestionó que “hay dos datos que no se traen a la discusión actual y es que Argentina, por unanimidad, aprobó dos leyes en los últimos años, que tienen que ver con la ley de financiamiento de Ciencia y Tecnología”. Dichas legislaciones, afirma Gentiletti, se realizaron “sabiendo que, si no tenemos capacidad de tener investigación científica y tecnológica, esa que nos permite tener satélites, no habrá tampoco, un retorno económico. No es que solamente sepamos hacerlo, sino también poder ponerlo en órbita a otros países, en lo que se llama Economía del Conocimiento”, señaló el secretario. “Sobre esto no se habla en esas propuestas”.
“Si entregamos esa inversión, que tiene décadas de ser hecha, en equipamiento y en formación de recursos humanos, estamos rifando lo poco que le puede quedar a un país en concepto de soberanía, en poder de decisión y de autodeterminación”, afirmó el funcionario y agregó que “si se compara mundialmente, la Argentina tiene una gran masa de jóvenes formados, tanto como emprendimientos personales, como en formar parte del sistema científico o tecnológico. Esto es muy importante. El desafío es que no se nos vayan”, indicó el secretario de Ciencia y Técnica.
Finalmente, manifestó que la gran mayoría de las empresas no invierten en la formación de conocimiento, debido a las bajas ganancias que le otorgarían. “Tenemos ese potencial, ese recurso humano, tenemos instituciones equipadas, con muchas posibilidades para poder revertir la situación actual del país. Estos son logros de un gran desafío en la articulación público-privada. No conozco ningún país donde para una empresa, el salto directo al conocimiento le sea factible. ¿Por qué una empresa va a hacer una investigación de base, si no le va a redituar en el corto plazo?, cuestionó.
