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La profesional oriunda de Gualeguaychú habló de la situación en el gigante de América del Sur. Hace cinco años que vive en Brasil, trabaja en el Hospital Benefiencia Portuguesa y en otro similar al Hospital Alemán.

Guillermina Moreno cursó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Villa Malvina de la ciudad entrerriana. Posteriormente, estudió la carrera de medicina en la Universidad de Buenos Aires, realizó la residencia en Clínica Médica en el Hospital San Isidro y el Hospital de Clínicas la especialidad de nutrición, además de un Postgrado en Nutrición en la UBA.

Lleva 5 años viviendo y trabajando en Brasil. Contó que además de trabajar en el Portuguesa, lo hace en el “Alemão Oswaldo Cruz”, que es similar al Hospital Alemán, en Argentina.

En relación a los testeos que se realizan en el hermano país, contó que “desde el 17 de marzo al pasado jueves, en mi hospital, el Beneficência Portuguesa, se dejaron de hacer reactivos para personas que llegaban a la guardia y comenzaron a hacer test a la gente que presentaba síntomas y quedaba internada, quedando muchísimas personas sin que se le efectúen los estudios correspondientes”.

Aclaró que “los que quedan internados son aquellos que tienen un pronóstico reservado, que necesitan de una intubación por insuficiencia respiratoria, pacientes que quedan en terapia intensiva, también los que quedan en unidades de enfermería, salas comunes, como se las conoce en Brasil para tener un control, porque de repente necesitan el auxilio de una cánula de oxígeno de tres litros”.

Consultada sobre la falta de respiradores en Brasil, que se agrava con la feroz competencia que se viene dando en el mercado internacional, Moreno dijo que “la realidad es que estamos en una situación desesperante, más para los médicos que vemos los pacientes en vivo, aunque no perdemos la esperanza de que llegue una cierta cantidad de respiradores, siempre y cuando no quede a mitad de camino, porque una nación pagó más que lo que puede en este caso Brasil. Uno piensa qué hacer con un paciente que necesita el respirador tres semanas y con los que vienen detrás, con personas que también van a requerirlo”.

La joven contó que “el Portuguesa cuenta con siete salas de terapia intensiva bien equipadas, es un hospital gigante, sin embargo la aceleración de casos preocupa y si bien tenemos medianamente controlada la situación, esta no es la realidad que viven otros hospitales del país, menos fuera de San Pablo, que es el estado más rico de Brasil”.

También dijo que “pese a que el aislamiento social se extendió por quince días más, la gente no lo cumple como debería. Yo salgo y vuelvo de mi casa todos los días a trabajar y la sensación es de que en las primeras dos semanas se cumplió con las medidas, algo que no está sucediendo ahora, quizá por una necesidad económica o por ver al presidente hacer lo que está haciendo. Una situación que genera miedo, porque aumenta el riesgo de contagio para toda la población, porque va a llegar más gente al hospital y colapse el sistema como ha pasado en otros lados”.
Fuente: Diario El Día

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