Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
Andrés Lemesoff
Andrés Lemesoff
Andrés Lemesoff
Los sanatorios del país y las entidades que los agrupan atraviesan horas complejas y buscan el modo de hacerse oír, especialmente por parte de aquellos que deben tomar decisiones. Comunicados, entrevistas, mensajes a prepagas, a obras sociales y a los mismos pacientes, describen un escenario de grave desfinanciamiento, que pone en jaque al sistema de salud.

El doctor Andrés Lemesoff dirige desde hace dos años los destinos del Sanatorio Concordia, uno de los referentes del sector en la costa del río Uruguay. En diálogo con el programa Despertá con Nosotros, por Oíd Mortales Radio, dejó en claro que la emergencia no comenzó ahora, sino que es un extenso proceso, que se profundiza y agrava. “El sector de la salud, sobre todo la salud privada, se encuentra en emergencia sanitaria desde el año 2001. Desde hace ya más de veinte años, es un sector que se encuentra en jaque y, particularmente, desde la pandemia. Y, a diferencia de otros sectores que también están en crisis, el de la salud no es formador de precios ni fija los plazos de pago. Los precios los ponen las obras sociales, los aumentos también”, explicó.

Los problemas se agudizaron desde el 14 de agosto último. “Luego de las PASO, con una devaluación de entre un 25 y un 30%, nos encontramos con aumentos desmedidos en los insumos, sin saber por qué. Son incrementos que van del ciento por ciento hasta el trescientos por ciento. Así como también soportamos la falta de entregas y el normal funcionamiento de los proveedores, precisó Lemesoff.

A los enormes desafíos que plantea semejante disparada en los costos, se le vino a sumar una extraña combinación de “bono más bono”. “En el mes de septiembre, los sanatorios debemos abonar el bono de sanidad, que está establecido en el convenio colectivo de trabajo del sector. A ese bono se le agregó el decretado por el gobierno. Nosotros estamos totalmente a favor del bono, creemos que la pérdida del poder adquisitivo de todo el personal es real, no hay ninguna duda, pero resulta que estamos recibiendo o cobrando prestaciones del mes de mayo, junio y julio, cuando no estaba estipulado el bono del último decreto de necesidad y urgencia. Y, a diferencia de otros rubros, donde el pago del decreto se compensa con el aporte de las contribuciones patronales, el sector de salud, desde la pandemia, luego del decreto 300 del año 2020, están eximidos los sanatorios y las clínicas del pago de estas contribuciones, o de la casi totalidad de estas contribuciones. Esto no nos permite compensar el pago del bono y genera un impacto directo”, agregó.


-Un sanatorio ¿no puede remarcar, porque los precios no los fija, y tampoco puede dejar de prestar servicios, porque está la vida y la muerte en juego? Siendo así, es muy diferente que un comercio, que se cubre remarcando o directamente deja de vender cuando no le conviene.

-Exactamente. Además, es una actividad que funciona las 24 horas del día, los 365 días del año. No puede parar. Así de sencillo.

-¿Cómo, en un escenario así, afronta el sanatorio, mes a mes, el pago de los haberes?

-Desde hace dos años casi que se viene pagando en tiempo y forma todos los haberes mensuales, así como los aguinaldos y los bonos que tiene el convenio. Hoy estamos viendo de qué manera vamos a afrontar el pago de este doble bono en el mes de septiembre. No lo tenemos resuelto aún. Estamos trabajando no solamente con la gente del sanatorio sino con la gente de la cámara sanatorial y el resto de las instituciones que representa para lograr de alguna manera el pago en el mejor tiempo posible de esto que, básicamente, se traduce en que el personal no pierda el poder adquisitivo, que más que merecido lo tienen.

-¿Cómo está la situación con el PAMI? ¿Está cumpliendo en tiempo y forma? ¿Actualiza los valores?

-El Sanatorio Concordia es el único prestador privado de la ciudad que tiene convenio con el PAMI. Son aproximadamente 15.000 cápitas. Quiere decir que el prestador tiene una cartera asignada y el paciente, de necesitar la internación, la realiza en el Sanatorio Concordia. Tenemos una excelente relación y un excelente diálogo con los directivos de la UGL local. Los pagos se vienen realizando. Eso es algo que hay que remarcar, se vienen realizando en tiempo y forma. Siempre se cobra en la misma fecha. No pasaba hace más de cuatro años, cuando, a veces, había fechas que no eran exactas. El problema en general, no solamente con el PAMI, es que, si bien actualizan los aranceles en forma nacional, siempre estos aumentos son a destiempo y, si bien comparado con la inflación están prácticamente iguales, ese desfasaje de dos o tres meses es el que termina desfinanciando el sistema. Nosotros a fines de agosto recién percibimos prestaciones del mes de junio. En este contexto de inflación galopante es tremendo el desfinanciamiento que esto puede provocar.

-¿Los aranceles que cobran los sanatorios por sus servicios están regulados, pero, en cambio, no hay regulación alguna para los precios que deben pagar por los insumos, muchos de ellos dolarizados?

-Claro. Esos precios son libres. Los insumos pueden subir todo lo que se les ocurra a los proveedores, pero al mismo tiempo tenés un techo en el precio que vos podés fijar para tu servicio. Y, por lo general, si bien los aumentos van corriendo por detrás a la inflación, no se tienen en cuenta estos insumos dolarizados al momento de actualizar los valores y, lamentablemente, más del 50 por ciento de los materiales que se utilizan a diario están atados al dólar. Esto claramente agrava el escenario de desfinanciamiento, y no sólo por el precio sino también por la disponibilidad.

Un ejemplo básico: el año pasado no se podía importar vidrio ni plástico y no se podían realizar ni los envases de los medicamentos, ni siquiera el suero, que es el bien más preciado y el que se usa todos los días, hasta en una atención de guardia por un dolor de cabeza.

-¿Han informado al Estado acerca del complejo momento que viven? ¿Hay alguna clase de respuesta, paliativos, alivios? Por caso, los sanatorios son electro intensivos y tal vez les sirva una rebaja en la tarifa de la electricidad. ¿O ya tienen alguna tarifa especial?

-No, para el sector de la salud no, actualmente no hay nada y, tal como decías, nosotros hace varios años que venimos pidiendo, tanto a nivel municipal, provincial como nacional, ciertas medidas para el sector y, la verdad, no hemos obtenido respuesta. Solamente durante el año y medio de la pandemia, a través de un decreto provincial, hubo una reducción del 50% de la tarifa eléctrica, pero no todos los sanatorios locales pudieron acceder a ese beneficio.

Respecto al ámbito municipal, lo que se viene pidiendo es una tarifa diferenciada de la luz, sobre todo en el componente del alumbrado público. También se ha pedido en la municipalidad un tratamiento diferencial de la tasa comercial, que, si bien ya tiene algún beneficio, termina siendo una carga impositiva. A nivel provincial se ha pedido en ATER exenciones del impuesto inmobiliario, poder compensar IVA o ingresos brutos para cargas patronales o el pago de cualquier otro impuesto, pero no hemos obtenido una respuesta directa. Sí hace poco salió un decreto que beneficia al sector hotelero y gastronómico y también al de salud, que en parte es algo que se venía pidiendo.

-¿Cuántas personas están empleadas de manera directa en los sanatorios y clínicas privadas de Concordia y cuántas en forma indirecta?

-Aproximadamente son entre 400 y 450 empleados directos. Tenemos entre 150 y 200 profesionales y otros 400 empleos indirectos, entre proveedores, servicios locales, etcétera.
Fuente: El Entre Ríos - Oíd Mortales Radio

Enviá tu comentario